Pasear por el centro histórico de Onda conlleva más que una ligera idea del peso que tuvo el pueblo en el pasado y del que tendrá en un futuro a nivel turístico. Mientras tanto, se puede disfrutar un presente de templos antiguos y callejuelas que desembocan en el castillo del siglo X, que no es poco.
La Font de Dins, o la plaza del Almudí, es un punto de encuentro y de partida, donde se puede beber un trago de agua en la fuente (si uno no tiene miedo de mojarse), o un refresco en cualquiera de las terrazas que pueblan la acogedora plaza, antiguamente centro principal de la villa musulmana, a la cual se accedía desde el portal principal de la muralla que rodeaba la ciudad, el portal de San Roque o La Safona, hoy desaparecido como acceso, pero del que todavía se conserva su arco gótico integrado en la fachada de una de las casas.
El casco antiguo de Onda fue declarado Conjunto Histórico-Artístico y Bien de Interés Cultural en 1967. Por sus angostas calles se ubican la Iglesia de la Sangre o de Santa Margarita, algunas puertas de tradición medieval, la Iglesia de la Asunción, el barrio de la Morería con la capilla de San Vicente Ferrer, la plaza de la Sinagoga, zona donde se encontraba la judería y el Portal de Valencia, otra de las puertas importantes de la fortificación, actualmente desaparecida.
Desde la plaza de la Sinagoga, se llega a les Escaletes dels Gats, lugar que da acceso al castillo, fortaleza de musulmana del siglo X, conocida como el Castillo de las 300 Torres, donde se ubica el Museo de Historia, donde además donde se podrá realizar un recorrido histórico por el pasado del pueblo gracias a diferentes piezas encontradas de siglos anteriores.
El tesoro son las antiguas yeserías musulmanas, que se encontraron en una vivienda de la plaza San Cristóbal, recinto hoy totalmente reformado y donde se encuentra en futuro edificio de formación de personas adultas, en cuyo interior se encuentra la estructura de una antigua casa andalusí, aunque sus restos no son todavía visitables.
El último punto de la visita es el portal de Sant Pere o Puerta Norte, la única que queda en pie y uno de los principales accesos a la antigua villa amurallada, a la cual se desciende por la ladera norte atravesando la plaza de la Morera.
Al detalle
El casco histórico esconde ciertos secretos al visitante. Uno de ellos aparece en frente de la Font del Sabater, donde hay un azulejo que recuerda las virtudes que debe tener un jugador de «pilota» en un lugar que anteriormente acogía las de este deporte.
También llaman la atención los «sotabalcons», los azulejos decorativos colocados debajo de los balcones de las casas del casco antiguo del municipio, así como los paneles cerámicos con imágenes de santos colocados en numeras fachadas de las casas que el visitante puede apreciar.
