Una novela puede reconfortarnos, divertirnos, emocionarnos, indignarnos e incluso dejarnos indiferentes, pero pocas veces una historia impresa puede tener la capacidad de salvar vidas, aunque lo cierto es que solo hace falta proponérselo. Y así lo ha hecho Ángel Gil Cheza, conocido escritor de Vila-real, que a través de las redes sociales está poniendo en marcha una campaña que bajo el hashtag #NovelasQueSalvanVidas, pretende precisamente eso, pero sobre todo espera levantar conciencias, dar un pequeño empujón o una más que buena excusa para sacar a ese ser solidario que muchos llevamos dentro y convertir el deseo de ayudar, en un hecho.

Ángel Gil llama en esta ocasión la atención sobre el trabajo altruista que están realizando a diario los integrantes de la ONG Proactiva Open Arms de Sabadell, bajo cuyo nombre un grupo de personas se dedican «a evitar que los refugiados sirios mueran ahogados en su huida del horror». Independientemente de las tristes condiciones en las que después sean recibidos en Europa, para este escritor el primer paso fundamental es «salvarles la vida» y la respuesta debe ser «urgente», dado que no se sabe por cuánto tiempo las autoridades van a seguir permitiendo que esta organización se convierta en el salvavidas de tantos y tantos seres humanos abandonados a su suerte.

Su proyecto es sencillo y se fundamenta en la confianza, la responsabilidad, la transparencia y la solidaridad. Tal como él mismo explica «por pura y dura logística editorial», la empresa que llevó al papel su primer gran éxito, «El hombre que arreglaba bicicletas», «iba a destruir 2.000 ejemplares de la novela que guardaban en sus almacenes». Al ser conocedor de este hecho decidió dar a estos libros una segunda oportunidad, pero sobre todo, lograr que fueran útiles más allá de lo material y aparente. Junto a su pareja, Lluïsa Ros Bouché y un grupo de amigos implicados tanto como él en el proyecto, decidió emprender viaje a Barcelona con una furgoneta prestada y cargar un montón de cajas llenas de esperanza.

La idea de Gil Cheza no consiste en vender libros y entregar el dinero recaudado a la ONG. «Se trata de que el proceso sea absolutamente transparente, por lo que no vamos a pedir dinero», por lo que su función no es más que la de implicarse a cambio de nada, o a cambio de mucho si se tiene en cuenta el destino final. El autor está decidido a regalar sus libros, los 2.000 ejemplares. Cada uno de ellos llevará una pegatina en la que se explicará el procedimiento para colaborar con Proactiva Open Arms, realizando aportaciones económicas voluntarias en sus números de cuenta.

«El libro solo es un incentivo, una especie de obsequio que a la persona que lo obtenga le recordará siempre que ayudó en esta grave crisis humanitaria», asegura. El mecanismo de distribución será lo más complicado, porque no existen medios ni logística para hacer llegar las novelas por los mecanismos habituales a cualquier punto de España, como ya están pidiendo muchas personas dispuestas a colaborar. Todo se fundamenta en pequeños compromisos personales. Si una persona viaja a Madrid y está dispuesta a llevar una caja de libros y distribuirla, estará aportando también su grano de arena.

Al proyecto, que prácticamente ha empezado hace un par de días a promocionarse, se han sumado ya establecimientos comerciales, una librería, bares, pubs, personas particulares. La manera de contactar con el grupo de personas que lo están llevando a cabo, por el momento, será a través de las redes sociales, para lo que tienen previsto crear una página y un perfil de Facebook bajo el mismo nombre #NovelasQueSalvanVidas.

El hombre que arreglaba bicicletas cuenta una historia intensa, llena de sensaciones, de experiencias inolvidables y de sentimientos, pero a partir de ahora también hablará de solidaridad y de un acto de rebeldía contra la pasividad de la comunidad internacional, que está demostrando no estar a la altura de la resolución de los conflictos que en gran medida sustenta.