El Villarreal B superó ayer una tremenda prueba de fiabilidad y de resistencia. El equipo de Paco López venció por 0-1 con un solitario gol de Paco López en el primer tiempo, pero tuvo que sufrir lo que no está en los escritos en el segundo tiempo. El equipo de la Plana Baixa jugó con diez efectivos durante 48 minutos, y con nueve durante 19. Pese a ello, los vila-realenses apretaron los dientes, se multiplicaron en el rectángulo de juego y se aseguraron el 0-1 para conservar el liderato.

Y es que era imprescindible ganar este partido. Tras perder en las dos últimas salidas (Barcelona B y Sabadell), era el momento de dar un golpe encima de la mesa. Enfrente un Valencia Mestalla que acumulaba tres derrotas consecutivas. Por eso el conjunto local salió apretando. Mandando, pero sin morder. El Villarreal B aguantó la sacudida inicial de los anfitriones y a partir del minuto 15 todo quedó equilibrado.

Ordenado en el campo. Sin apenas resquicios. Eso sí, el primer aviso lo dieron los blanquinegros. Carlos Soler inició la jugada, cedió al zurdo Sito y éste habilitó para Ibán Salvador, que lanzó entre los tres palos y se topó con la brillante intervención de Aitor Fernández. Primer y único gran aviso en el minuto 31. El Villarreal B tampoco mordió mucho. En el 37 marcó su gol. Desde la izquierda el cordobés Alfonso Pedraza envió medido para Fran Sol y éste superó a Antonio Sivera.

Con el 0-1 se llegó al descanso. Cambio en las filas locales en el intermedio. Y cuando se llevaban 94 segundos del segundo tiempo el equipo de Paco López se quedó con diez efectivos porque el mediocentro Anton Shvets vio la segunda amarilla. El filial groguet se vio obligado a cambiar el sistema, del 4-4-2 al 4-4-1. Quitó a Carlos Martínez y dio entrada Rodri.

Se creció el Valencia Mestalla, que en el minuto también modificó el dibujo táctico, pasando a jugar con una línea de tres defensas. Tocó apretar los dientes y confiar que el colegiado se controlara a la hora de mostrar amarillas. En el minuto 65 había mostrado diez amarillas (seis a los locales) y una roja.

Pues una dura entrada del lateral Edgar Ié le costó la roja directa (min. 71) y dejó al equipo vila-realense con nueve en el campo, y un mundo por delante. Aquello acabó con un monólogo valencianista y con el portero Aitor Fernández salvando los muebles hasta en tres ocasiones.