El Castellón se juega buena parte de sus aspiraciones en las dos salidas consecutivas que le aguardan, y quizá eso no sea tan mala noticia como pudiera parecer. Los números dicen que los albinegros, cuartos en la tabla, se crecen a domicilio. Ahora se miden a dos de los perseguidores que anhelan escalar a las posiciones de promoción de ascenso. La primera cita será el domingo en el feudo del Crevillente, uno de esos escenarios ásperos que definen la categoría, y donde el conjunto de Kiko Ramírez tiende a aplicar la receta de Guille Vázquez. El capitán apunta a la titularidad por la sanción del central Arturo Navarro y señaló ayer al resto el camino en la sala de prensa. «Fuera de casa hay que ponerse el mono de trabajo», resumió.

Lo cierto es que al Castellón no le ha ido nada mal fuera de casa durante la presente temporada. En los 15 partidos disputados ha logrado 23 puntos, con una media de 1,533 puntos por partido. Supone la segunda mejor de la categoría, solo por detrás de su rival el pasado domingo. El Elche Ilicitano, que empató en Castalia, suma 26 puntos en 16 desplazamientos (1,625). Si el Castellón gana el domingo en Crevillente, le igualará como mejor visitante del grupo, por delante del resto, incluidos Atlético Saguntino (1,529) y Ontinyent (1,125), los vecinos en la promoción de ascenso.

Fuera de casa, el Castellón ha competido. Fue al campo del Atlético Saguntino cuando todos habían allí perdido y rascó un meritorio empate. Fue al campo del Villarreal C, donde nadie había ganado, y arañó una victoria decisiva. En el combo Crevillente-Torre Levante que le espera confía recuperar aquel espíritu combativo. «Fuera de casa sabemos que podemos sacar los partidos adelante», dijo Guille Vázquez, «pero cambiando la forma de jugar (respecto a Castalia) y poniéndonos el mono de trabajo». En ese escenario sobresale la figura del capitán, experto en ese tipo de batallas y en ese tipo de escenarios. «Los campos que nos tocan son difíciles, de césped artificial y no muy grandes, por lo que son más duros para nosotros, pero nos estamos jugando la vida y todo eso nos tiene que importar poco. Lo bueno es que dependemos de nosotros mismos y la actitud del equipo es buena». Todo sea por ir sobreviviendo al calendario. «Tenemos que llegar al play-off como sea».

Hándicap

En realidad, el lastre que separa al Castellón del liderato es la irregularidad en el estadio Castalia, especialmente grave en la época de Calderé. En casa, ha sumado 31 puntos en 17 partidos (1,823 de media), por detrás de seis equipos. Los tres de arriba: Saguntino (2,733), Ontinyent (2,562) y Elche Ilicitano (1,937); y también Villarreal C, Orihuela y Alzira.