La Concejalía de Territorio de Vila-real, que dirige el edil Emilio M. Obiol, comunicará a la Conselleria de Educación los problemas detectados en la cubierta del colegio José Soriano, que afectan especialmente al comedor del centro, construido por la empresa pública Ciegsa, que fue creada durante el mandato del anterior gobierno valenciano para construir y adecuar los centros educativos de la Comunitat Valenciana.
El concejal responsable del área explicó ayer que «desde hace alrededor de dos años, las quejas de la dirección del centro sobre las continuas filtraciones en el comedor son una constante y ha llegado al punto de que son casi inasumibles para el ayuntamiento». Y es que, «aunque tenemos competencias en el mantenimiento de los colegios los técnicos de Urbanismo dicen bien claro en sus informes que este no es un problema de mantenimiento, más todavía tratándose de un centro nuevo, sino que responde a vicios ocultos que hacen referencia a la habitabilidad del inmueble».
«Hemos hecho varias reparaciones en el comedor, que es la parte más afectada, sellando sumideros, parcheando agujeros, utilizando fibra de vidrio e incluso llegando a aplicar cuatro capas de pintura, pero nada de eso sirve cuando nos encontramos ante un problema estructural, por lo que los técnicos recomiendan realizar una intervención integral en toda la cubierta y, por supuesto, comunicarlo a la Conselleria», aseguró.
La superficie techada del comedor, de 400 metros cuadrados, está fabricada con un sistema de cubierta invertida, «un tipo de techo que, si se mira desde lo alto, presenta una serie de piedras repartidas en la parte de arriba», mientras que el resto del centro educativo se construyó con otro sistema prefabricado por módulos distinto.
«Hablamos de un centro que se recepcionó durante el primer año del gobierno progresista, en 2011, y existe un plazo de tres años para comunicar vicios o defectos de construcción de las instalaciones», manifestó Obiol. «Por ello, y teniendo en cuenta que se trata de un problema que afecta a las condiciones de habitabilidad, se ha decidido dar parte a la Conselleria para ver si la intervención puede ser sufragada por el ente autonómico», añadió. Mientras tanto, «la comunidad educativa puede estar tranquila, porque lo iremos solucionando como hasta ahora y enviando las facturas a la Conselleria».
La construcción costó 4,7 millones de euros y fue impulsada y gestionada por Ciegsa, «empresa que está inmersa en un conjunto de situaciones irregulares y que aquí en Vila-real, según nuestros criterios técnicos, también construyó con deficiencias», concluyó el edil del área, quien agradeció a la comunidad educativa y al equipo directivo del José Soriano «la responsabilidad y la paciencia que han mostrado en todo momento».
