El juicio por el caso Piaf continuó ayer en Vila-real con la comparecencia del expresidente de la empresa, Antonio Pons y el técnico que se negó a firmar las facturas presuntamente irregulares.

La causa parte de una querella presentada por el actual equipo de gobierno en Vila-real, liderado por el socialista, José Benlloch, y en ella se investiga la comisión de los presuntos delitos de falsedad, prevaricación y malversación de caudales públicos. El alcalde decidió anular el pago de 600.000 euros en facturas emitidas por esta empresa, investigada en la trama valenciana del caso Gürtel, acreditadas como falsas por los técnicos.

Benlloch, valoró la nueva sesión de declaraciones que «dejan cada vez más claro el descontrol que había en el ayuntamiento en el último gobierno del PP y que el argumento de que todo era cosa de los técnicos que hemos venido oyendo de parte de los investigados Juan José Rubert y Ramón Tomás cae por su propio peso».

A diferencia de Rubert y Tomás, ambos quisieron responder al abogado del ayuntamiento, al que defiende los intereses de todos los vila-realenses; algo que ni el exalcalde ni el exconcejal de Servicios Públicos fueron capaces de hacer señaló Benlloch. De sus declaraciones, el alcalde apuntó: «Tanto el empresario como el técnico municipal admiten que quien tomaba las decisiones eran los políticos, en este caso Ramón Tomás como responsable del departamento de Servicios Públicos. Por tanto, el argumento del 'yo no sabía nada, era cosa de los técnicos' se desmonta completamente». Benlloch avanzó que, tras asegurar el responsable de Piaf que ya estaba jubilado en el momento del endoso de las facturas falsas por parte del exalcalde Rubert, ha dado órdenes a los abogados del consistorio para que pidan que se investigue quién era el administrador de la empresa en 2011 a fin de solicitar su citación en el caso. Por otra parte, de la declaración del técnico municipal, el alcalde destaca que «admite que no respondió al requerimiento de junio de 2011 de la Intervención municipal para verificar los trabajos facturados porque, tras ponerse en contacto con Ramón Tomás, éste le dijo que firmaba las facturas por estar en funciones».