El material humano de que se compone el parque de bomberos Baix Maestrat es extraordinario. Se puede concluir que para ser bombero debes estar fabricado con una fibra especial, «este trabajo te pone los pies en el suelo y te ayuda a relativizar mucho lo que realmente importa en la vida de lo que no», comentan. El parque, inaugurado en el año 2013, se compone actualmente de 50 bomberos más el jefe de parque. Entre ellos 50 hombres y una mujer.

El jefe del parque, Manolo Sorigó, desempeña su trabajo como bombero desde el año 1988. La plantilla se ocupa del ámbito geográfico que enmarca el Baix Maestrat y Els Ports, aunque siempre están disponibles para realizar operación de apoyo y refuerzo con otros parques, como el de Oropesa.

Con el cambio del anterior emplazamiento al actual, el parque se ha ganado «un 200%» en espacio e instalaciones, como indica Sorigó. En este sentido, el parque está ubicado en un parcela de 10.000 metros, lo que consigue que sea uno de los parques más grandes y más modernos de los que dispone la provincia. Respecto al material y dotaciones, se cuenta con unas instalaciones de 2000 metros que incluyen una flota de 11 camiones totalmente equipados, dos coches de bomberos, uno del jefe de parque y otro del sargento jefe de turno, el vehículo del caporal que es un todo terreno, y un turismo para realizar refuerzos en el aeropuerto. De los camiones destacan los destinados a servicios con riesgo químico; el que se utiliza para incendios forestales o industriales, con capacidad para 12.000 litros de agua; el vehículo articulado para incendios de altura y dos vehículos más que se destinan a accidentes de tráfico, «se trata de un furgón de salvamentos varios», concreta. En el perímetro del parque, en la parte trasera, disponen también de espacio para realizar prácticas. Las instalaciones cuentan con una sala de reuniones, despachos, un gimnasio, vestidores con duchas, una cocina, zona de dormitorios y diferentes salas para guardar el material seleccionado por ámbitos de actuación, desde el material de rescate de montaña, hasta el marítimo o el destinado a sofocar incendios. Instalaciones modernas en las que «se trabaja más a gusto y se puede dar una mejor respuesta al ciudadano».

Gestionar las emociones

Afirman que una de las cosas fundamentales para desarrollar este trabajo es «aprender a gestionar tus emociones». Otra, luchar también con el miedo que existe, aunque no se diga, de que en uno de los servicios en los que participan en carretera te encuentres con un amigo o un familiar. Algo que le ha sucedido a más de uno: conocer a las víctimas. Uno de los rescates que más recuerda Sorigó es el del autobús que se accidentó en Torreblanca en la salida de la autopista y en el que murieron 42 personas, «es un servicio que se me ha quedado grabado». Otro de los rescates en los que participaron fue en el de los tres excursionistas de Castell de Cabres, de los que dos perdieron la vida.

Los años de preparación y de saber gestionar las emociones no impiden, como cuenta otro de los bomberos, que tras quince años pases tres días de shock post traumático por uno de los casos. «Hay cosas para las que nunca estás preparado», afirman. Un bombero debe pasar por un psicotécnico y debe tener en su poder el título de bachillerato, como mínimo. Además, es imprescindible que tenga estabilidad emocional, que no sufra «picos» ni trastornos que puedan afectar en el trabajo. La preparación física también es importante, «aunque no hace falta ser un Superman».

Anécdotas del trabajo y del día a día de estos bomberos del Biz Maestrat hay muchas, como comentan. Desde la persona que es rescatada en alta montaña y con la que el bombero pasa horas, tantas que luego le visita en el hospital para ver su evolución. O el accidentado que tras dedicar tres horas en su extracción de debajo de un camión, regresa al parque con un detalle para ellos. «Estas cosas te llegan mucho, porque no es obligatorio, pero ves que se acuerdan de ti».