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Una investigadora de la UJI mejora la detección del dopaje

Demuestra que la aplicación de determinadas técnicas permite hallar sustancias desconocidas y ampliar el tiempo de detección

Las autoridades deportivas tratan de poner coto al dopaje, pero los laboratorios clandestinos siempre van un paso por delante. Los continuos cambios en la formulación química de las sustancias dopantes las hace imposibles de detectar, lo que significa que algunas drogas empleadas para aumentar las capacidades físicas del deportista quedan fuera del radar de los expertos. Sin embargo, no tiran la toalla. Una investigación reciente de la Universitat Jaume I ha conseguido estrechar el cerco al dopaje introduciendo mejoras en las herramientas analíticas.

La tesis de Montse Raro, que fue presentada la semana pasada, estudia las sustancias prohibidas por la Agencia Mundial Antidopaje más frecuentes: los esteroides anabolizantes y la hormona del crecimiento. Ambas sirven para aumentar la masa muscular, lo que supone una ventaja competitiva para el deportista. Sin embargo, también tienen efectos adversos como desórdenes sexuales, osteoporosis o diabetes, lo que no disuade de su uso.

«El mercado negro lanza nuevos productos continuamente y las técnicas analíticas no alcanzan a detectarlos todos», señala la química. De ahí la importancia de investigaciones como la suya, que contribuyen a mejorar las herramientas actuales. Por un lado, el trabajo demuestra la eficacia de una técnica ya utilizada en otros campos pero no en el dopaje, que permite ampliar la denominada ventana de detección, es decir, posibilita la identificación de algunas sustancias varios días después de ser administradas -hasta ahora, sólo había dos días de margen para detectarlas antes de que desapareciera el rastro en el organismo.

Por otra parte, una de las novedades que introduce son las estrategias metabolómicas aplicadas al dopaje, es decir, la búsqueda de biomarcadores en el organismo que permitan detectar sustancias desconocidas.

La carrera entre los laboratorios antidopping y los clandestinos es frenética: «cuando la instrumentación analítica avanza, bajan las dosis para hacerlas indetectables», señala la experta. No obstante, recuerda que el hecho de que la cantidad sea muy baja no significa que no tenga efectos. Por ello, recuerda que una vez se encuentran restos de una sustancia prohibida, por ínfimos que sean, se trata de un caso de dopaje.

La tesis de Montse Raro se enmarca en un proyecto de investigación en el que colaboran el Instituto Universitario de Plaguicidas y Aguas de la UJI y la Fundació Institut Mar d'Investigacions Mèdiques, al que pertenece el Laboratorio Antidopaje de Barcelona. El objetivo es reducir los límites de cuantificación de sustancias prohibidas, aumentar el tiempo de detección posible y descubrir nuevos marcadores de abuso de un compuesto.

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