En 1959 Vilafranca pidió un préstamo de 1,5 millones de las antiguas pesetas para canalizar el agua desde la Tosquilla hasta el depósito de la localidad. Desde el 11 de abril de 2016 el pueblo ya no tiene deudas con los bancos.

El Ayuntamiento de la comarca de Els Ports destinó los 72.000 euros que contaba de remanentes de 2015 a cancelar los dos préstamos que mantenía con Cajamar y BBVA.

De este modo, según apuntó el alcalde de Vilafranca, Óscar Tena, «podemos afirmar que Vilafranca no tiene deudas con los bancos 57 años después».

Y es que la lucha contra la deuda ha sido uno de los quebraderos de cabeza de las corporaciones locales desde el año 1999.

En aquella fecha, tras la gestión de Rogelio Tena como alcalde, el municipio tenía una deuda que se acercaba al millón de euros. Un millón que el consistorio ha conseguido pagar después de 17 años.

El alcalde de Vilafranca, Óscar Tena, apuntó en el pleno celebrado este mes que, a partir de ahora, el dinero de los remanentes se podrá destinar cada año a inversiones para el municipio.

Tena quiso destacar el esfuerzo de los ediles que en los últimos 17 años han gestionado unas cuentas municipales ajustadas. Así mismo valoró el hecho de que, pese a la deuda existente, el municipio ha conseguido recabar fondos de otras administraciones para llevar a cabo diferentes actuaciones importantes como la construcción de una nueva escuela infantil, un nuevo colegio e IES, la Casa de la Música, la piscina climatizada, reconstruir el frontón municipal, asfaltar la circunvalación, el nuevo polígono industrial o la residencia de la Tercera Edad.