Estudiantes de secundaria, bachillerato y universitarios tomaron ayer las calles de Castelló para pedir un giro en la política educativa. Bajo el lema «Per una educació al servei del poble», el sindicato Front d'Estudiants convocó la protesta que ponía el colofón a una jornada de huelga en la que reclamaron la derogación de la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce) y del decreto 3+2, así como la remuneración de las prácticas en Formación Profesional. De esta manera, los estudiantes castellonenses se sumaron a la oleada de protestas celebradas en toda España en el día de ayer.

La manifestación, que contó con 180 asistentes según la Policía Local, partió de la plaza María Agustina sobre las 18.30 horas y discurrió por la calle Gobernador Bermúdez de Castro, la plaza de la Paz y la calle Mayor. Lemas como «Per l'ensenyament públic, ni retallades ni privatització» podían leerse en las pancartas que portaban los jóvenes mientras coreaban consignas como «Buidem les aules, plenem els carrers» o «Ni un pas enrere per l'educació».

La protesta reunió a alumnos de numerosos institutos -entre ellos, el Vicent Sos Baynat, el Penyagolosa y el Politècnic de Castelló, o el Gilabert Centelles de Nules-, así como a estudiantes de la Universitat Jaume I, que quisieron adherirse a la manifestación y respaldar así la convocatoria promovida por el sector de secundaria y bachillerato.

«Mucha gente se queja de los recortes por las redes sociales, pero es en la calle donde podemos hacer fuerza», señalaba Paula Llopis, una estudiante de primero de periodismo. «Pedimos que se invierta en educación, que es lo realmente importante», apostillaba su compañera, Carla Zaragozà, mientras esperaban en la plaza María Agustina a que comenzara la marcha reivindicativa.

Otro estudiante universitario de administración de empresas se lamentaba de la subida de tasas aplicada en la pasada legislatura: «Tengo compañeros que se han visto obligados a abandonar los estudios porque no se lo pueden permitir», decía Zouhair en referencia al coste de las asignaturas. También criticaba el denominado «decreto 3+2», que permite reducir la duración de los grados universitarios y aumentar la de los másteres. Estos últimos, recuerda el estudiante, son más caros, «un sólo año te puede costar 2.500 euros de matrícula y sin un máster ya no vas a ninguna parte en el mercado laboral».

Todavía no han llegado a la universidad, pero los estudiantes de secundaria y bachillerato que ayer se manifestaron ya están preocupados por su futuro académico. «No se trata sólo de pagar las tasas universitarias, hay que costear el traslado a la universidad, la comida o el alquiler de un piso, la mayoría de familias obreras no pueden permitírselo», lamentaban dos jóvenes estudiantes de los institutos Vicent Sos Baynat y Politècnic de Castelló. «Estamos aquí por las reformas de los últimos gobiernos, para que eliminen de una vez la Lomce y acaben con el encarecimiento de la educación», afirmaban con convicción.

Los estudiantes fueron los protagonistas de la jornada reivindicativa, pero también recibieron el respaldo de algunos profesores de instituto y de padres y madres de alumnos que no quisieron perder la ocasión de mostrar su rechazo a las políticas educativas instauradas por el PP. La manifestación, que transcurrió sin incidentes por el centro de la ciudad, sirvió como colofón a la jornada de huelga estudiantil.