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"Algo se mueve"

Artículos de pesca desde 1932

La tienda La Dorada del distrito marítimo ha resistido el paso del tiempo y el declive del sector y se ha adaptado a los nuevos tiempos

Artículos de pesca desde 1932

Josefa Ballester Trilles y Agustín Sancho Domingo fundaron en 1932 el establecimiento de artículos de pesca la Dorada en la avenida del Puerto del Grau de Castelló. La tienda ha soportado los vaivenes del tiempo y ha llegado a nuestros días en su mismo emplazamiento. Es uno de los dos locales de pesca que permanece en el barrio marinero.

La Dorada ha sabido adaptarse a la evolución que ha registrado la pesca en los últimos 84 años. Ahora la regenta uno de los nietos de los fundadores, José Sancho. En 1932, sus abuelos confeccionaban las cañas de pescar. Entonces, resalta el actual propietario, disponía de una guardería de cañas, donde los pescadores guardaban sus utensilios a cambio de un alquiler. Se pescaba en cebos con sardina o pasta de sardina o con gambetas que eran recogidas de las acequias de Castelló o de Sant Carles de la Ràpita. Era una época en la que se pescaban «esparrallons» con la variedad de pesca a «la valenciana» o a pulso y con carretes hechos a mano. Eran años en los que dentro del recinto portuario no había ningún tipo de restricción. Asimismo, el sector pesquero estaba en pleno vigor.

A partir de la década de los 70 del siglo pasado, prosigue Sancho, es cuando se produce un punto de inflexión en los artículos de pesca. Comienzan a proliferar fábricas de cañas por el país y se realizan aparatejos mixtos de bambú y fibra, que más tarde darían paso a cañas de fibras de carbono y alto módulo. Los carretes son semiautomáticos, mientras en los cebos, primero se pasó de la gambeta y la sardina a los gusanos y la beta, traídos de Galicia y Cádiz, o la lombriz de playa procedente de Galicia y Catalunya. Luego se ha procedido a las importaciones de diversos cebos provenientes de Canadá, Corea del Sur o China.

A la par, el establecimiento del Grau se ha transformado en estas décadas; ha suprimido el servicio de guardería, ya que las cañas actuales -menos pesadas y desmontables- se pueden mantener en casa, y ha potenciado la venta de artículos de pesca y cebos, tanto nacionales como de importación, «dando paso a las nuevas tecnologías que van surgiendo», destaca José Sancho.

La Dorada ha tenido que capear el declive del sector pesquero y las restricciones de la Administración a la hora de pescar. «La reducción de capturas y las trabas que pone la Administraciones», han afectado a este tipo de negocio. La Dorada subsiste «por tratarse de empresas familiares», subraya Sancho.

No obstante, resalta que la inmigración de Europa del Este es aficionada a la pesca en aguas dulces y ha activado un nuevo nicho de mercado, lo que ha compensado en parte la caída de aficionados de pesca en la costa.

Una muestra de los nuevos tiempos es la máquina expendedora que se encuentra instalada en la puerta del local. De esta manera, cualquier aficionado puede conseguir un cebo los siete días de la semana. Asimismo, en la actualidad hay hasta cuatro modalidades de pesca, como surf-casting, de fondo o embarcación, spinning y pesca al curricán.

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