La II República apenas perduró ocho años pero dejó un amplio legado arquitectónico en Castelló. Elementos emblemáticos de la ciudad como el Templet del parque Ribalta o la Cámara Agraria fueron construidos durante la década de los 30 del siglo pasado. Algunos conservan escudos de esta etapa, coronada por cuatro almenas en vez de la enseña monárquica.

El Grup per la Recerca de la Memoria Històrica realizó ayer una visita guiada por este patrimonio republicano que ha superado el paso del tiempo a cargo del historiador Joan Miquel Palomar. El recorrido comenzó en el Templet de Ribalta, obra de Francesc Maristany y que fue inaugurado en 1934. Es una de las principales referencias del jardín histórico del centro de la ciudad y es un habitual punto de conciertos de la Banda Municipal de Música. Sus posteriores reformas han respetado el escudo primigenio republicano. En Ribalta también se realizó una parada en el monumento del Obelisco, levantado a finales del siglo XIX en memoria de la victoria liberal frente a las tropas carlistas en 1837. Fue retirado durante el franquismo y recuperado en 1982 incorporando fragmentos de la Constitución.

De Ribalta, la comitiva se dirigió a una de las ubicaciones de mayor relevancia de la época republicana como la plaza Tetuán. Aquí, por un lado, se encuentra el edificio de Correos, de 1932 y que dispone de la declaración de Bien de Interés Cultural.

Justo al lado, en el subsuelo de Tetuán, se emplaza un refugio antiaéreo de la Guerra Civil, un espacio que fue reabierto el pasado mes de julio con la colaboración del actual equipo de gobierno tras estar décadas sumido en el olvido.

El Grup per la Recerca también explicó los entresijos de los refugios de la plaza y calle Mayor. Los estudios de la asociación calculan la existencia de 300 en la ciudad, de los que 43 son públicos. Los más destacados se ubican en la plaza y calle Mayor, plaza de la Independencia, calles Navarra y San Roque y plaza Tetuán.

El itinerario prosiguió hasta la Casa Matutano, en la calle Caballeros, sede el Museu Etnològic y que en 1932 fue escenario de la firma de Les Normes de Castelló, una normativa que adaptó la ortografía catalana de Pompeu Fabra a las particularidades valencianas.

La visita luego se trasladó hasta la Cámara Agraria de la Verge de Lledó, otro de los edificios públicos significativos que ha legado la II República. Fue diseñada por Luis Ros de Ursinos entre 1931 y 1932.

El paseo histórico concluyó en la ronda Vinatea, donde perviven viviendas sociales erigidas en la época republicana.

Además de las dotaciones públicas, las autoridades republicanas también impulsaron en Castelló viviendas sociales en Mestrets, Pare Tosca y en la citada ronda Vinatea, además de una biblioteca en Grau o un almacén en la avenida de l'Alcora. La huella laica, por su parte, se puede percibir a través de una antigua inscripción con la palabra Mercado en una puerta de la Iglesia de la Sagrada Familia.

El Grup per la Recerca de la Memòria Històrica ha realizado en los últimos años numerosas investigaciones y actos que han desenterrado del olvido la II República y la represión franquista. Nació en 2004 y desde entonces ha sacado del ostracismo a cerca de 900 víctimas de Castelló durante la posguerra, y ha difundido la historia del antiguo sistema republicano.

La visita de ayer fue el colofón a una serie de actividades que en diferentes municipios de la provincia se han celebrado este fin de semana en homenaje al 85 aniversario de la proclamación de la Segunda República. El sábado, Juventudes Socialistas de Altura programó una visita guiada por las trincheras de la línea XYZ, un frente republicano que durante 1938 se extendió por el interior de la provincia de Castelló.