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Hogar para refugiados en casa del conserje

El departamento de Filosofía del IES Benigasló de la Vall organiza viajes a Berlín para que los alumnos tomen conciencia de la situación

Hogar para refugiados en casa del conserje

Se suele decir que las futuras generaciones son las que tienen en su mano la posibilidad de cambiar el mundo en todo aquello que no nos gusta, de ahí que sea tan importante su educación. Un grupo de alumnos de 1º de bachillerato del IES Benigasló de la Vall d'Uixó, han querido dar una lección de responsabilidad, solidaridad y acción, aquí y ahora, dando por buenos los esfuerzos del departamento de Filosofía a la hora de concienciarles de su papel como ciudadanos del mundo.

Desde hace 7 años el departamento de Filosofía de este instituto, en colaboración con los de Ciencias Sociales e Inglés, organizan un viaje a Berlín para los alumnos de 1º de bachillerato, en esta ocasión han participado medio centenar de ellos. Según explica el responsable del área, Juan Carlos Castelló Meliá, se trata de «un viaje exterior e interior, donde pretendemos no solo que conozcan la memoria de una de las peores barbaries de la historia, sino que nos valga como impulso ético para ser personas y agentes de justicia en el mundo actual».

Pues el objetivo perseguido por los docentes posiblemente ha superado sus expectativas, porque sus alumnos volvieron de esta experiencia con un compromiso firme que plasmaron en una carta remitida a la dirección del centro y el claustro de profesores. En la misiva reconocen la dureza de haber podido estar en algunos de los lugares donde el exterminio nazi fue una realidad.

Según plasman en su escrito, «a partir de la visita de esos lugares hemos podido interpretar mejor una situación actual que, en ciertos aspectos inhumanos se parece al inicio de lo que ocurrió en el Berlín de los años 30: los refugiados sirios que, hoy en día, están sufriendo la grave falta de solidaridad y de sentido de la justicia de la Unión Europea y de España en particular».

Otro objetivo cumplido por este proyecto académico es que, tras su visita a Berlín, estos jóvenes no son los mismos, como ellos reconocen. La experiencia «y la situación de los refugiados sirios, han despertado en nosotros la conciencia solidaria propia de los resistentes y nos hemos organizado para iniciar acciones a favor de quien ahora sufre la insolidaridad y la injusticia en las mismas fronteras de Europa».

En su carta piden al instituto que «nos deje habilitar la casa del conserje para una familia de refugiados y nos ayude en estas tareas». Pero no se limitan a pedir, sino que están dispuestos a implicarse hasta el final dado que, como primer paso, van a donar el dinero que les sobró del fondo común de su viaje para hacer posible su proyecto. Además, se comprometen a «implicar al resto del alumnado y recoger todo lo que se necesita para tener cubiertas las necesidades básicas», además de ayudar a los niños y niñas acogidos a que aprendan el valenciano, de manera que puedan integrarse con mayor facilidad a la vida local.

Por otra parte, no quieren que su iniciativa sea aislada y están dispuestos a compartirla con otros centros educativos de la localidad para que «en la medida de lo que puedan, emprendan una acción solidaria parecida». Además pedirán al ayuntamiento que se implique en su causa.

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