No llegaba el Villarreal CF en el mejor momento al Santiago Bernabéu y el 3-0 final que reflejó el electrónico así lo evidenció. Las bajas y el cansancio acumulado de los últimos partidos pasaron factura a un plantel que lo intentó, sobre todo en el primer tiempo, pero que no estuvo nada fino y acabó sucumbiendo ante un rival que necesitaba ganar para mantener sus opciones de pelear por la Liga una semana más.

Cuando las circunstancias que envuelven un partido no benefician hay que tirar del orgullo para llegar lo más lejos posible y de ese orgullo es del que hicieron gala los futbolistas amarillos en el arranque del partido. Ni respeto por jugar en el Bernabéu ni miedo por enfrentarse al Real Madrid. El submarino mostró su carta de presentación en las dos primeras jugadas, pero no estuvo acertado en los metros finales.

Los de Zidane buscaron la réplica con un lanzamiento de Kroos que despejaba de cabeza Rukavina y otro de Ronaldo que Asenjo detenía en dos tiempos. Fueron dos jugadas que dieron paso a un control absoluto del balón por parte de los locales, quienes aprovechaban las imprecisiones amarillas en los pases para robar el balón y plantarse de forma demasiado cómoda ante la portería villarrealense.

Pese a ello, no se le veía sufrir en exceso el submarino porque el Madrid tampoco estaba muy acertado y parecía compartir errores en el último pase con su oponente. Uno tocaba y tocaba, y el otro buscaba un robo inesperado para iniciar una jugada a la contra y poner a prueba a Keylor Navas. Pero le estaba costando más de lo habitual a los de Marcelino generar ese pase peligroso y los errores se sucedían uno tras otro. Faltaba claridad y eso complicaba considerablemente las cosas.

Benzema abre el marcador

Superada la primera media hora Bonera sacaba de cabeza un potente remate de Ronaldo pero, justo cuando se encaraban los últimos minuto del primer tiempo, Benzema rompía el muro amarillo. Era el minuto 41 y Asenjo acababa de sacar una manopla magistral a Ronaldo, pero con lo que no contaba el portero palentino es con que el balón le cayera a los pies a Benzema y este abría el marcador a puerta vacía.

Doloroso tanto el encajado por el Villarreal que solo dispuso de una clara ocasión de Denis Suárez desde la frontal del área para intentar empatar antes de marcharse al descanso. El centrocampista amarillo, menos activo que en partidos anteriores, se plantó solo ante Keylor Navas y chutó a portería sin percatarse de que Bakambu estaba mejor posicionado.

Tras el paso por vestuarios el Madrid salió como un vendaval. No entendía Marcelino qué les estaba pasando a sus futbolistas, a quienes en muchos lances del partido se les veía con las manos hacia arriba también sorprendidos por cómo estaban jugando. Al comienzo de la segunda parte el conjunto madridista, que ya sabía que tanto el Barcelona como el Atlético de Madrid habían ganado sus respectivos partidos, fue a por todas, manteniendo el ritmo imprimido en el primer tiempo y aprovechándose de los fallos del rival para no dejarle tocar el balón.

Así, el partido pasó a disputarse prácticamente en el área del Villarreal, al que le tocó pasar a desplegar el potencial defensivo mostrado durante toda la temporada para no ver ampliado el marcador en su contra. Casemiro, Danilo y Benzema toparon una vez detrás de otra con el muro amarillo y Asenjo desbarató una clara jugada de Lucas Vázquez cuando muchos ya cantaban el gol.

Marcelino dio entrada al campo a Samu García y Leo Baptistao en sustitución de Dos Santos, que salía de una lesión, y de Adrián, para ver si así lograba esa reacción necesaria para intentar puntuar en el Bernabéu. Lo intentó el exfutbolista del Málaga, pero el equipo seguía sin carburar a la hora de dar el último pase.

El que encontró premio a sus insistencia fue Lucas Vázquez en una jugada con sello propio en la que superó a prácticamente toda la defensa amarilla para colarse en la frontal del área y sorprender a Asenjo con un potente lanzamiento. El 2-0 dificultaba más si cabe la gesta y el Villarreal se quedó finalmente sin opciones cuando, minutos después, Modric anotaba el definitivo 3-0. Una derrota que podría entrar dentro de la lógica pero que no por ello deja buen sabor de boca.