La Conselleria de Sanitat Universal y Salud Pública se ha marcado como reto para 2020 que el 20 % del gasto sanitario total se lo lleve la Atención Primaria, la primera puerta a la que acuden los pacientes y que gana en importancia conforme la esperanza de vida aumenta en la Comunitat Valenciana y, con ella, la aparición de las enfermedades crónicas.

El objetivo es uno de los indicadores de las 291 acciones concretas que recoge el IV Plan de Salud 2016-2020 de la Generalitat Valenciana, presentado ayer en un acto multitudinario, en el que el presidente Ximo Puig volvió a dejar claro que ha hecho de la sanidad valenciana, pública, «universal, en igualdad y con calidad», una de sus banderas políticas.

El plan quinquenal marca las directrices de hacia donde ha de ir la sanidad valenciana en los próximos años con objetivos claros: que el sistema esté preparado para que los pacientes -que cada vez viven más- lo hagan en mejores condiciones. Bajo este planteamiento, más allá de la atención puntual para «curar», la Conselleria de Sanitat quiere orientar el sistema hacia la medicina de la prevención, «la más barata» apuntó Puig y que debe ser «la columna vertebral del sistema».

De 700 a 1.100 millones

Ahí entra el aumento del gasto en el primer peldaño de la sanidad. Según las cifras de referencia que se marca la conselleria, en 2013 el gasto sanitario en Atención Primaria en la Comunitat Valenciana se llevó el 12,37 % del total, lo que supone 701 millones de euros del total de los 5.671 millones de euros gastados en aquella anualidad. Llegar al 20 % del gasto total en estos cinco años supondría un aumento de casi ocho puntos que, trasladado a cifras de 2013, sería dar el salto de los 701 millones gastados en Atención Primaria a más de 1.130 millones.

Según puso de manifiesto la consellera de Sanitat Universal, Carmen Montón, la cronicidad es uno de los grandes «retos a asumir» y aportó datos: las consultas en Atención Primaria de pacientes con enfermedades crónicas ya suponen el 80 % del total y el 60 % de los ingresos hospitalarios, lo que da una idea del gasto total que suponen para el sistema público.

De hecho, más allá del aumento de los esfuerzos económicos en primaria, el plan quinquenal dedica uno de sus cinco grandes líneas estratégicas directamente a la cronicidad y a mejorar la esperanza de vida en buena salud. El plan quiere atajar los factores de riesgo comunes a gran parte de estas patologías, como el consumo de tabaco, alcohol o el sedentarismo, y promover acciones concretas en las enfermedades crónicas de mayor prevalencia como las cardio y cerebrovasculares, el cáncer, la diabetes, las respiratorias y las neurodegenerativas y demencias.

En este apartado, Sanidad quiere conseguir que, para 2020, aumente la esperanza de vida sin tener una enfermedad crónica que en 2010 era de 51 años para los hombres y de 50 para las mujeres. Además, se quiere aumentar el porcentaje de cirugías conservadoras en cáncer de mama, disminuir el número de personas mayores de edad con hipertensión o aumentar el número de pacientes diábeticos que están incluidos en programas de educación para controlar ellos mismos su enfermedad.

Atajar la enfermedad no tendría sentido, sin embargo, sin contar con la cultura de la prevención. Así, otras dos líneas estratégicas en la salud en todas las edades, con especial hincapié en el envejecimiento activo y en salud en todos los entornos, llaman la atención sobre la transversalidad de la prevención.