La relación cinematográfica establecida entre Peñíscola y «El Chiringuito de Pepe» ha traspasado las pantallas a lo largo de los 26 capítulos de la conocida serie. Si atendemos al impacto mediático y su retorno publicitario, desde la Ciudad en el Mar se calcula en 10 millones de euros, una cifra espectacular que se suma a una proyección que desborda las previsiones con Juego de Tronos. Pero en Peñíscola la serie ha marcado un antes y un después.
El afecto que se ha construido a lo largo del rodaje de los diferentes capítulos quedaba constatado ya en el inicio, cuando el equipo de rodaje y sus actores se instalaban en la localidad. Los actores durante la primera temporada estaban como en su casa, porque la serie aún no se había estrenado y los peñiscolanos aún no tenían constancia del éxito que viviría poco después de su estreno. Así, la convivencia de los protagonistas con la gente del pueblo disfrutaba de una normalidad absoluta, algo a lo que contribuyó la actitud de Santi Millán, por ejemplo, un deportista al que era fácil ver practicando ejercicio, principalmente bicicleta por el punto verde del Prat integrado plenamente con los jóvenes de la ciudad a que entrenaban, o realizando footing por los callejones del castillo, como un vecino más. Quedaban aún unos meses para que la gente fuera consciente de quiénes eran los nuevos vecinos y empezara la petición de autógrafos y posados para fotos. Como cuentan, «la gente al principio no sabía muy bien de qué iba la serie ni el resultado que obtendría», comentan.
Blanca Portillo y Millán, de un reconocimiento fuera de toda duda, disfrutaron en aquellos meses de un cierto anonimato que fue desapareciendo tras la proyección de la serie.
La vorágine mediática de la serie ha dejado tocado el corazón de Peñíscola gracias a un montón de detalles que los vecinos agradecen, como sucedió durante la emisión de la segunda temporada, que despidieron a la audiencia consiguiendo la primera estrella Michelín dedicada a un cocinero peñiscolano de ficción. El capítulo estuvo precedido por momentos especialmente emotivos para los peñiscolanos, como la despedida de una de las protagonistas, Mati, y su propuesta gastronómica llamada Peñíscola, o el partido del Peñíscola Fútbol Sala en el que su afición del Fondo Sequia llenaba las gradas del pabellón, llegando a millones de hogares.
Según cuentan los vecinos, solían grabar en invierno, por lo que la incidencia del turismo era menor, y eso les permitió establecer relación con el sector de hostelería, restaurantes y locales que eran visitados por los actores, hasta el punto que han hecho muchos amigos y algunos suelen venir con sus familias a Peñíscola tras el rodaje, a descansar. La fama alcanzada se contrasta también por los numerosos turistas, que preguntan sobre las localizaciones del famoso Chiringuito. «El segundo año de rodaje de la serie ya tenían más trabajo a la hora de atender a los fans», afirman los vecinos.
Desde el ayuntamiento, incluso, han establecido relación personal con el equipo de producción, «de hecho hay gente del equipo que también trabajó en 'Juego de Tronos' por prescripción nuestra, ya que nos pidieron gente del mundo audiovisual que conocieran el municipio, así que tuvieron la oportunidad de trabajar en Juego de Tronos gracias a la experiencia con el Chiringuito».
Los actores, con largas horas de rodaje, siempre comentaban que era igual de duro que rodar en plató, «pero que tenían la ventaja al dejar el set de rodaje de pasear por las calles de Peñíscola, ir a nadar o tomarte una horchata, ellos también lo han agradecido». De hecho, uno de los actores, Jesús Bonilla, llegaba para participar en un rodaje de un día entero, pero posteriormente se quedaba toda la semana en el municipio.
Los actores y las redes sociales
Otro detalle que los vecinos destacan es la gran promoción que han hecho de sus visitas a Peñíscola, colgando fotos de atardeceres y lugares de especia encanto del municipio en sus redes sociales vistas por millares de seguidores. «Eso ha logrado que el efecto promocional de Peñíscola se amplificase mucho. Es de agradecer, porque no tenía obligación y han mostrado la belleza de la ciudad y sus rincones». Efectivamente, el efecto promocional fue inmediato. Más de 200 minutos de imágenes de Peñíscola se estima que se han sumado a lo largo de estos 26 capítulos emitidos en dos temporadas, «un lujo que podría alcanzar los 10 millones de euros ahora que ya ha finalizado la emisión».
Además, el retorno directo en empresas locales de alojamiento (hasta seis hoteles), restauración, contratación de extras, producción local y servicios, la producción ha dejado en la ciudad alrededor de medio millón de euros a lo largo de las distintas semanas en las que se han desarrollado los rodajes de exteriores.
«Ha sido un auténtico lujo contar con un escaparate de promoción como esta serie, cuyo compromiso con Peñíscola se ha visto en cada plano del puerto, de nuestras playas, nuestras calas o nuestra ciudad antigua» valoraba el alcalde, Andrés Martínez, que ha aprovechado para calificar de «excelentes» los datos de repercusión mediática y retorno publicitario que la GECA, el Grupo de Investigación «Género, Estética y Cultura Audiovisual» de la Universidad Complutense de Madrid ha facilitado a la producción tras realizar un estudio sobre los capítulos emitidos.
