Pocos deportistas habrá en el mundo con tanta versatilidad como José Vicente Arzo (La Vall d'Uixó, 1963). El representante provincial, un veterano del deporte adaptado a nivel nacional y europeo, aspira a estar este verano en los Juegos Paralímpicos de Río. En caso de lograr finalmente su clasificación, los de Brasil serían los terceros Juegos en su trayectoria tras Atenas 2004 y Pekín 2008. Este dato no resultaría nada llamativo sino fuera porque el deportista vallero habrá participado en las tres citas olímpicas compitiendo en tres deportes distintos.
Arzo, que empezó en el mundo de la natación adaptada en los años 90, debutó en los Juegos Paralímpicos de Atenas como atleta en silla de ruedas. Cuatro años después lo hizo en Pekín en la prueba de handbike, en la que consiguió uno de los hitos más importantes de su carrera: ser subcampeón olímpico en contrarreloj. Y, desde el año pasado, entrena para llegar lo más lejos posible como paratriatleta.
«Siempre digo que he sido un triatleta por fases. Empecé con la natación, pasé por el atletismo y el ciclismo y, desde 2015, hago triatlón. De algún modo, es una evolución lógica y un nuevo reto para mí», explica Arzo, quien de momento está preseleccionado para participar en Río pero no conocerá hasta principios de julio si finalmente es uno de los escogidos para formar parte de la expedición española (el ranking paralímpico se cerrará el 30 de junio).
El paratriatlón se estrena este año en unos Juegos Paralímpicos en la modalidad de sprint (7,5 kms a nado, 20 en bici y 5 en silla de ruedas o a pie) y acudirán a la cita diez deportistas por cada una de las tres categorías -masculina y femenina- que entran en esta edición. La PT1 en la que está incluido Arzo (el tramo a pie lo hacen en silla de ruedas) es una de las que compiten en esta ocasión y el deportista vallero, si se clasifica, será el más veterano de todos los participantes. «Competiré en Río con 53 años, así que ya hay algo en lo que gano», bromea.
A estas alturas de la temporada, Arzo ocupa la decimocuarta posición en el ranking mundial y la misma en el ranking olímpico, pero aspira a estar entre los diez primeros para sellar su pasaporte a Río. «Empecé a competir en 2015 y no puedo escalar posiciones tan rápido para alcanzar a los que llevan más tiempo. Fui plata en Detroit y bronce en Sudáfrica, y ahora afronto el Mundial en Águilas del próximo mes de mayo con la intención de luchar por las medallas», avanza.
Pero, aunque quien nace deportista lo es toda su vida, a Arzo le ha tocado «reeducarse» en atletismo y en natación para ser más completo en el triatlón: «No me subía en una silla de atletismo desde 2004. Me defiendo en todo, pero no destaco en nada. Y, pese a estar a la mitad del nivel que debería, subo al podio. Eso sí, tengo la espinita clavada de no haber conseguido un oro y espero conseguirlo algún día porque mi vida son todo platas y bronces».
