El patrimonio de Borriana está necesitado de apoyo municipal o bien que sea el municipio quien gestione las ayudas necesarias para poner al día estas 55 fachadas que están protegidas. Borriana cuenta con un entorno envidiable y así se refleja en distintas calles de la ciudad. Turísticamente estas fachadas debería ser uno de sus atractivos principales y, además, cuenta con viviendas que sin estar protegidas tienen elementos que artísticamente aportan un atractivo urbano, ofreciendo un entorno agradable visualmente. Todo ello apoyado por la iglesia del Salvador y los edificios del Frutero, el mercado municipal y la casa de Vernave Peris, actual sede social del Club53. No todas las fachadas están abandonadas. Las que pertenecen a casas que están habitadas en su mayoría están perfectamente restauradas. Pero en aquellas que se venden o no están habitadas el deterioro es bastante acusado. Seguramente tener las fachadas en condiciones supone un buena inversión. Encontrar una fórmula que convenza a los propietarios y al ayuntamiento podría intentarse. Cierto es que Borriana no cuenta con capacidad hotelera más allá de los establecimientos como pensiones o fondas y el hotel Aloha, que actualmente está con un futuro incierto. La oferta actual es mínima, por lo que esperar la llegada de turistas de permanencia no tiene futuro.

Sin embargo, el patrimonio no es el único atractivo turístico con que cuenta esta ciudad. Dos largos kilómetros de playa de buena arena a la que se suman unos ocho kilómetros de costa y un puerto deportivo y pesquero son otros atractivos que hay que tener en consideración y que, aunque seguramente se tienen, no sé si realmente se aprovechan.

No es que la ciudad haya estado paralizada urbanísticamente. El amigo Guillem Ríos, estudioso y comprometido con el progreso y futuro de esta su ciudad, analizaba en una conferencia el cambio que Borriana había tenido en los últimos 30 años. El futuro que pueden ofrecer los 300.000 metros de los terrenos del Arenal, que cumplen 50 años de propiedad municipal, y los terrenos de San Gregori darían un vuelco de trabajo y posibilidades a esta ciudad asegurando su futuro.