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Altura peregrina a la Cueva Santa en el quinto aniversario del robo de la talla

Los fieles ya veneran la imagen que sustituyó a la que fue sustraída como si se tratara de la original

La participación en el acto religioso fue masiva, ayer. ana monleón

La localidad palantina de Altura celebró ayer su tradicional romería al Santuario de la Cueva Santa en una jornada agridulce. Y es que pese a que la participación en la actividad fue multitudinaria, en apenas unos días, el próximo mes de mayo, también se cumplirán cinco años del robo de la imagen, que fue sustraída del altar mayor del Santuario. Una pieza que, pese a las investigaciones para tratar de esclarecer lo ocurrido, sigue sin ser recuperada.

No obstante, a lo largo de este lustro los vecinos ya han hecho suya la talla que se colocó en sustitución de la imagen original y que ayer se veneró como si de ésta se tratase en realidad.

La romería que da el pistoletazo de salida a la primera de las peregrinaciones oficiales hasta el Santuario programadas para este año 2016. Miles de romeros y devotos se no dudaron en desplazarse hasta el emblemático paraje, ubicado en el término municipal de Altura, en el que se encuentra el santuario en honor a la patrona de la diócesis de Segorbe Castelló. De este modo, Altura volvió ayer a volcarse con la Blanca Paloma en una romería multitudinaria en la que no faltó el reparto de cañas y 'pañuelicos'.

Este año, el rosa fucsia fue el color elegido por la Asociación de Romeros para confeccionar los pañuelos que, atados al cuello, mostraron en todo momento un reguero de peregrinos caminando hacia el Santuario.

Cabe recordar que la romería de la Cueva Santa de Altura fue declarada Fiesta de Interés Turístico Provincial desde hace varios años debido a su tradición, solera e historia.

Cada último domingo de abril, tanto los alturanos como numerosos vecinos procedentes de un sinfín de localidades de las provincias de Castelló y Valencia, se desplazaron hasta la Cueva Santa con el fin de poder besar y adorar la talla de la imagen que, tan solo durante el día de ayer, baja de su altar de manos del alcalde de la localidad para ser venerada.

La elevada participación demostró que, pese a que la talla no es la original, el fervor y la devoción por la imagen de la Cueva Santa continúan más vivos que nunca.

Devoción

Tras la bendición de los pañuelos y el reparto de cintas y cañas en la plaza de San Miguel, el volteo de campanas anunció a las siete de la mañana la partida de los romeros. Alrededor de trece son los kilómetros que los fieles y las camareras de la Virgen recorrieron portando en su cesta la imagen peregrina hasta los pies del altar. No sin antes parar a repostar en Rivas y disfrutar del desayuno patrocinado por el Sindicato de riegos de la localidad. Ya a las once y media de la mañana, y tras la inauguración del a IX exposición de romeros, el párroco de Altura, Juan Manuel Gallent, fue el encargado de oficiar la misa, presidida por las camareras y las autoridades locales. Tras la celebración de la eucaristía tuvo lugar uno de los momentos más esperados: la adoración y bajada de la Virgen del altar. El munícipe socialista Miguel López fue el encargado de subir a la escalera para bajar a la Blanca Paloma. Durante más de una hora, fieles y devotos estuvieron haciendo largas colas para adorar y besar la talla.

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