Desde la estación de ferrocarriles de Castelló comienza una de las arterias más transitadas de la capital de La Plana, la avenida de l'Alcora. La rotonda que da acceso a esta travesía recuerda que «Tempus Fugit», una advertencia que parece influir a los miles de personas que diariamente, entre prisas, discurren por esta avenida con destino el centro de la ciudad o en dirección al municipio de la Plana Alta que lleva por nombre.
Esta zona de la ciudad ha sido una de las que quizás ha cambiado de forma más destacada en las últimas décadas. Edificios modernos, de varias alturas, han ganado terreno a las tradicionales viviendas unifamiliares, características de este barrio. También este cambio se ha visto reflejado en el tejido comercial de la zona. Y es que las tiendas tradicionales conviven ahora con grandes cadenas comerciales.
En este proceso de transformación, con todo, existen establecimientos que, aunque adaptándose a los nuevos tiempos, han mantenido sus rasgos. Es el caso del Bar Restaurante Chiva, uno de los grandes referentes gastronómicos de la ciudad de Castelló, y quizás uno de los más destacados de la provincia.
Este popular establecimiento está situado en el extremo de la avenida más apartado de la ciudad, prácticamente en los últimos metros de ciudad en la salida suroeste.
A las 7 de la mañana el Bar Restaurante Chiva abre la persiana. Comienza entonces un ritmo frenético de tapas y bocadillos de carne a la brasa, como longanizas o panceta, sardinas saladas, bacalao encebollado o sepia.
Los clientes habituales son los empleados de oficinas y comercios de la zona universitaria y de la propia avenida, aunque también vecinos del barrio, profesorado y alumnos de la UJI, incluso, comentan, se acercan ciudadanos de otras partes de la ciudad para disfrutar del mejor almuerzo tradicional de la ciudad.
