Ni las nubes que durante buena parte del día amenazaron con aguar la fiesta de la música en la calle ni la coincidencia con otros eventos consiguieron restar protagonismo al festival Maig di Gras, que este año se ha estrenado en la capital de La Plana Baixa con éxito, al reunir a centenares de personas en la terraza Payà y las calles más céntricas para disfrutar del rock, el reggae, el drum and bass o el blues durante horas.

Desde las doce del mediodía los amantes de la música negra disfrutaron de la apertura de la Fira del Disc en Vinil que la asociación Soul Explosion había preparado. Allí se podía ver a un niño de unos diez años sosteniendo un vinilo ante la mirada de su madre: «Toots... and the Maytals...», leía con dificultad. «Cógelo, cógelo... lo tenemos en cd, pero nada suena como un vinilo», le respondía una satisfecha mamá.

Con ese espíritu de acercar a los vecinos y vecinas de Borriana lo más profundo de la música típica del estado de Luisiana, el Maig di Gras abría su segunda jornada. La presencia de varias distribuidoras alternativas, el mercadet o la pequeña feria de otros festivales completaron la oferta matinal de un festival en el que también cobró protagonismo la música en plena calle. Primero con los platos de Splendini y poco más tarde con el primer pasacalle «vermut time», en el que el aperitivo se mezcló con las animosas notas de 40 Funk Brass Band.

Krakatoa Records y Jamaican Memories acabaron por animar con su sesión a los más madrugadores en acudir a la cita. Por la tarde, el taller de guitarras para los más pequeños fue la semilla de la que brotó la actuación de Meter Mano Rara, que impregnó de notas de blues la Terraza Payà. Continuó el ambiente en el Pla, en la Tanda o la plaça de la Mercè con el pasacalle protagonizado por los navarros Broken Brothers o el taller de cocina de Katrakak Kantina, que desde Iruña trajo la famosa receta en Nueva Orleans del Gumbo, entre otras muchas actividades.