La supresión de una unidad de infantil en el colegio Nuestra Señora de la Consolación de Benicarló, la única aula concertada que se elimina en la provincia de Castelló, ha puesto en pie de guerra a la Iglesia. Primero fue el Obispado de Segorbe-Castelló el que arengó a la comunidad educativa a movilizarse al considerar que las políticas del Consell menoscaban la libertad de elección de los padres para decidir la educación de sus hijos. Ahora es el Obispado de Segorbe, a cuya diócesis pertenece el municipio de Benicarló, el que reivindica el derecho de las familias a elegir «la educación que consideren más adecuada de acuerdo a sus principios morales y religiosos».

Así lo manifiesta el prelado Enrique Benavent en un escrito reeditado en la web oficial de la diócesis con motivo de la apertura del plazo de admisión de alumnos esta semana. Recuerda que «la primera obligación de las autoridades educativas es garantizar el cumplimiento de estos derechos» y subraya que la Iglesia «siempre ha estado presente en el ámbito de la educación» para garantizar la enseñanza de la religión. Anima así a «los padres cristianos» a optar por la escuela concertada.

Mientras, el colegio de Benicarló, respaldado por la Iglesia, ha convocado una concentración el próximo sábado a las 12 horas frente al ayuntamiento.