«No concibo las fiestas de mi ciudad sin los toros»

Con mucha ilusión de emprender de nuevo estas fiestas en honor al patrón y en especial este año que ya tenemos la Fundación Sant Pasqual en marcha y que se nos ha autorizado la inscripción en el registro de fundaciones y vamos a empezar a caminar en un plan estratégico.

Estas fiestas representan el momento en el que la gente de Vila-real puede reencontrarse como pueblo, además de generar oportunidades económicas para toda la ciudad.

¿Qué significa para Vila-real estar diez días de fiesta?

Tener que organizar un operativo de servicios públicos muy potente y hay que agradecer su trabajo porque, mientras algunos están de fiesta, otros están pendientes de que todo esté en condiciones.

Ahí está la policía, los funcionarios, las empresas locales colaboradoras, la Junta de Festes con sus voluntarios, la Comissió del Bou, de Penyes, Protección Civil, Cruz Roja, tantísima gente. Y movilizar a todo ese operativo requiere de mucho trabajo, no es fácil, pero se hace con mucha ilusión.

Además, las fiestas tienen tres objetivos muy importantes y que son reafirmarnos en nuestra identidad como ciudadanos de Vila-real, con nuestros símbolos. El generar durante diez días oportunidad económicas porque las fiestas no sólo son para los ciudadanos y ciudadanas de Vila-real, sino que nos encanta que haya gente que venga y se genere economía. Y por último, esa exhibición que hacemos de todo lo que somos y que sirve para promocionarnos. Que la gente conozca más a su ciudad y la pueda querer más

Yo creo que es una perfecta muestra de lo que es capaz de hacer nuestra ciudad durante todo el año.

Los actos que se mantienen son una apuesta firme?

Soy muy defensor de las tradiciones y el programa de fiestas cuenta con una serie de actos que son meramente tradicionales y que estamos orgullosos de recordar cada año, como son los bailes tradicionales, folclóricos, las peñas, los toros, las procesiones, las misas de Sant Pasqual y San Isidro. Y luego hay otros actos que se van incorporando y que cada vez se están convirtiendo en una tradición como puede ser el concurso de paellas y que genera mucha participación.

Dentro de esa tradición están los actos taurinos. ¿En algún momento se podría pensar las fiestas de Sant Pasqual sin los actos taurinos?

No. Yo no concibo en absoluto las fiestas de mi ciudad sin los toros. Es algo fundamental, aunque siempre con la sensibilidad necesaria del animal y con la seguridad de los asistentes. En este caso, Vila-real es un referente de respeto y que tengo que agradecer el trabajo que realizan todas las personas en las tareas de proteger los derechos de los animales, en la sensibilidad en esta cuestión, y en la seguridad en el recinto, que es el más grande de la Comunitat Valencia de bou al carrer, y esto, en una ciudad de 51.000 habitantes, genera mucho riesgo pero tenemos un gran equipo entre la Comissió del Bou, Protección Civil, Policía Local y todos los que se implican en esta actividad que atrae de 10.000 a 12.000 personas cada vez que el toro está en la calle. Ni Sant Pasqual ni la Verge de Gràcia se podría entender sin los toros. Y mientras yo sea alcalde se van a hacer toros, siempre que lo ciudad quiera, claro.

Desde que es alcalde, ¿qué elementos ha querido introducir en el programa festivo?

La creación del Recinto de la Marxa yo creo que ha sido todo un éxito y nos ha permitido realizar actividades hasta altas horas de la madrugada sin que molesten. Es uno de los elementos de los que más orgullo me siento.

¿Qué objetivo tiene la reestructuración de los espacios festivos para este año?

La ciudad se ha ido haciendo grande y los barrios nos han pedido enterarse de que estamos en fiestas. Independientemente de que tenemos una tradición de barrio muy potente, tenían especial ilusión de sentir que estaban en fiestas y por ello hemos ido reestructurando.

¿Cómo describiría a la Junta de Fiestas y a la Comisión de Peñas?

Son gente enamorada de su ciudad que quieren continuar haciendo grande el nombre de su ciudad y que la ciudad avance.

¿Qué consejo le daría a Silvia Cantavella y a su corte de honor?

Que disfrute al máximo de estos diez días. Es una oportunidad de oro de descubrir su ciudad porque nadie es reina y festera si no ama a su ciudad y es un elemento clarísimo y muchas de ellas lo han heredado de sus familias. Tras esta experiencia, van a querer todavía más a su pueblo y van a descubrir muchos rincones, mucha gente extraordinaria, asociaciones, van a ver al Ayuntamiento de Vila-real como algo suyo y no como algo lejano y eso también es una finalidad. Acaban mimetizándose con la institución.

¿Cómo va a vivir las fiestas como alcalde y como vecino?

Las he vivido siempre de manera intensa, siempre en una peña, disfrutar de los toros, participar en todos los actos que pueda, pero evidentemente compaginar con mis obligaciones y continuar con la gestión del ayuntamiento y con la responsabilidad de que todo salga bien.

Ya por último, ¿una invitación para los visitantes?

Reflejar que todos los actos que se publican en el programa de fiestas son abiertos a todo el mundo. Si alguna peña tiene que hacer algo que es privado no se le permite incluirlo en el programa de fiestas. Por tanto, cualquiera que pase por la puerta de la peña que organiza una carajillada popular, longanizada o macarrones por la madrugada, tiene derecho a entrar.

Las fiestas de Vila-real son para todos. Nos da igual que el visitante venga de China, Inglaterra, l'Alcora o Castelló. Aquí la puerta está abierta a todo el mundo.