María Teresa García, la vecina de Llucena enferma de hepatitis C, fue sometida ayer a nuevas pruebas diagnósticas por orden de la Conselleria de Sanidad después de hacer un llamamiento público esta semana para acceder al tratamiento de nueva generación que podría curar su enfermedad.

La hija de la paciente, Nathalie Abril, denunció que su madre era víctima de una «laguna administrativa». La enferma, de 72 años, no puede someterse a las pruebas diagnósticas necesarias para conocer el estadio de la enfermedad debido a su avanzada edad y a una intervención quirúrgica anterior, por lo que hasta el momento no ha podido acceder al tratamiento médico. Un informe reciente de su hepatólogo señalaba que la paciente se había sometido varias veces al Fibroscan, la principal prueba diagnóstica, pero las mediciones no eran fiables (la mujer tiene prótesis metálicas que impiden realizar la prueba en condiciones). Además, su edad no aconsejaba practicar una biopsia hepática.

No obstante, el facultativo señalaba en su escrito que «sería adecuado el tratamiento de la hepatitis C», y, de hecho, el pasado mes de marzo solicitó los fármacos para la paciente. Sin embargo, el Saise, el comité encargado de evaluar cada caso, denegó la petición, algo que a la enferma nunca se le llegó a notificar. La familia ha mandado varios escritos en los últimos meses a la Conselleria de Sanidad explicando el caso de María Teresa y también lo puso en conocimiento esta semana del Ministerio de Sanidad, a través de la Subdelegación del Gobierno en Castelló.

Tras denunciarlo públicamente a través de los medios de comunicación, la conselleria ha decidido revisar el caso y ayer mismo la citaron para ver al hepatólogo del Hospital General de Castelló. Volvieron a realizarle la prueba del Fibroscan y en unos días le efectuarán una analítica de la carga vírica, explicó la familia, que manifestó su alegría por el hecho de que los médicos hayan retomado el caso.

Además, quiso agradecer la labor del hospital. «Siempre se han portado muy bien» con la enferma, remarcó. Por otra parte, los familiares recalcaron que María Teresa «nunca ha querido que le atendieran antes que a otras personas, siempre ha tenido claro que los pacientes más graves debían ir primero».