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Almassora honra a Santa Quitèria

Miles de vecinos acompañaron a la imagen de la patrona en su peregrinaje desde el ermitorio hasta la iglesia dedicada al Santísimo Cristo Este año no se encendieron las tradicionales hogueras al paso de la imagen por la Rambla de la Viuda

Almassora honra a Santa Quitèria

La romería hasta el ermitorio de Santa Quitèria congregó ayer a miles de almassorins y almassorines que no dudaron en atarse el pañuelo rojo al cuello, colgar de la solapa la cinta conmemorativa de este año e iniciar la marcha para recoger la imagen de la patrona y trasladarla hasta el municipio, donde reposará durante las próximas dos semanas, hasta que terminen las celebraciones organizadas en su honor.

A las ocho en punto de la mañana, el volteo general de campanas anunciador de la festividad hizo que pocos vecinos y vecinas no se sintieran atraídos por la llamada de un día que sirve para «cumplir con la tradición y la demostración de fe hacia Santa Quitèria», tal y como señaló la concejala de fiestas, Isladis Falcó.

Apenas una hora después, a las nueve en punto, la plaza de la Iglesia ya presentaba un aspecto totalmente distinto al de cualquier jornada habitual. Decenas de carromatos preparados por las peñas, collas y cuadrillas que cada año son fieles a la cita con el día de la romería, volvían a encender sus pequeños motores para iniciar la marcha junto a las miles de personas que realizaron el trayecto de ida hasta el ermitorio.

Tras recorrer los apenas cuatro kilómetros que separan el templo del casco urbano, la reina de la Fiestas, Marta Gargallo, junto a las damas de su Corte de Honor llegaban hasta el ermitorio, escoltadas en todo momento por los miembros de la corporación municipal. Tanto las representantes de la fiesta como los centenares de vecinos que iban llegando hasta las puertas de la ermita pudieron cumplir con la tradición de tomarse el rotllet acompañado de su inseparable copeta.

A pocos metros, los miembros de la Junta Local Fallera entregaron a cada uno de los carromatos engalanados el distintivo que les acreditaba como participantes de la romería en este 2016. Este año el primer premio fue para el vehículo de Els 15, seguido del de El Racó y La Galbana.

Como también se ha convertido en tradición, los más pequeños aprovecharon la festividad para reclamar su regalo, que padres y madres no tuvieron más remedio que comprar en alguna de las decenas de paradas ambulantes situadas en los aledaños de la ermita. Otros tuvieron que esperar varios minutos para cumplir también con el ritual de hacer sonar la campana, mientras en el interior del pequeño templo la reina, sus damas y la corporación municipal posaban junto a la patrona para inmortalizar el momento.

Devoción

Hacia las siete de la tarde, y después de cruzar la Rambla de la Viuda, donde este año no se encendieron las tradicionales hogueras que marcan parte del camino, los primeros romeros volvían a acceder al casco urbano de Almassora. En medio de la riada de pañuelos rojos colgados al cuello como distintivo de la celebración, la talla de la patrona de Almassora llegaba al pueblo donde, entre aplausos y algunos vítores bien emotivos, fue acompañada hasta la iglesia del Santísimo Cristo donde permanecerá hasta la próxima semana, cuando se celebren las fiestas patronales y sea trasladada a la Natividad.

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