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La vida en verde

El «ébola del olivo» siembra el pánico

La llegada de la bacteria podría ser devastadora en Castelló, al afectar a olivos, almendros y cítricos

El «ébola del olivo» siembra el pánico

La bacteria Xylella fastidiosa debe su apellido a la dificultad que tuvieron los científicos que la descubrieron para aislarla y cultivarla en el laboratorio. Lo que no han conseguido todavía es crear un antídoto contra la plaga, que se ha ganado el sobrenombre de «ébola de los olivos» por los estragos que está produciendo en los campos del sur de Italia. Los productores de Castelló piden a las autoridades competentes que extremen las precauciones para evitar la llegada de la bacteria, que pone en riesgo las 33.000 hectáreas de olivar de la provincia. También supone una amenaza para el patrimonio natural, ya que los árboles centenarios son los más vulnerables.

El avance de la mortífera enfermedad vegetal -procedente de América y que en Europa está localizada en el sur de Italia y en la isla francesa de Córcega- ha hecho saltar todas las alarmas ante el temor al contagio. El secretario general de la Unió de Llauradors, Ramón Mampel, incide en la necesidad de limitar la compraventa de olivos procedentes de los territorios afectados, a través de viveros, dado que la principal de vía de propagación es el comercio de material vegetal contaminado. «Los controles sanitarios tienen que ser muy estrictos porque tenemos la amenaza en la puerta de casa», advierte Mampel, cuya organización va a desarrollar charlas informativas con agricultores en las comarcas productoras, empezando por el Maestrat.

El control de la Xylella fastidiosa es muy complicado porque se propaga mediante insectos chupadores que se alimentan del xilema vegetal (los vasos conductores de la savia), tales como chicharras y cigarras.Precisamente, la chicharra espumadora es la transmisora de la bacteria en la región italiana de Apulia, donde hay infectadas miles de hectáreas.

La plaga está causando estragos en los olivares, pero también es susceptible de dañar otras especies vegetales, tales como vid, almendros o cítricos. «Su entrada en la provincia sería catastrófica porque afectaría a sus cultivos principales», advierte el secretario general de la Unió de Llauradors, quien también incide en la afección a los olivos centenarios.

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