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Qué estoy diciendo

El Castellón juega play-off y me parece absolutamente increíble que al mismo tiempo sigan ocurriendo cosas, otras cosas, en el resto del mundo.

Tiempo de play-off es tiempo de tregua, tiempo de resacas gratuitas, tiempo de promesas al viento y tiempo de topicazos al canto. Sabía que nos iba a tocar un equipo bien trabajado tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba, y no porque haya visto un partido de la Tercera balear en mi vida. Nos pasamos la vida jugando partidos contra equipos bien trabajados tácticamente, fuertes en la estrategia y con gente rápida arriba. Ucrania ganó Eurovisión con una canción bien trabajada tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba. Simeone tiene un peinado bien trabajado tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba. Los Denver Broncos ganaron la Superbowl con un equipo bien trabajado tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba. El Zamora tenía un equipo bien trabajado tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba, en 2005, y subimos. El Linares tenía un equipo bien trabajado tácticamente, fuerte en la estrategia y con gente rápida arriba, en 2015, y no subimos.

El fútbol no es fácil y el mundo es un lugar complejo.

Por ejemplo, yo estoy a favor del fichaje de Raúl Fabiani. Por nada en especial, pero así, si no subimos, no tendré que pasar el verano escuchando que no subimos por no tener un delantero centro.

Hace unas semanas, anduve un buen rato con Toni Ten. Me explicó algo que ya sospechaba. El deporte de competición es una lucha constante contra el miedo. El miedo a perder, el miedo a ganar, el miedo a fallarse a uno mismo y a los demás. Es inevitable sentir ese miedo y para competir solo hay un camino. «Que los miedos no lleguen a ser mayores que nuestras ganas de ganar. Que el deseo sea mayor que el temor. Mantener la visión inicial de querer ser los mejores. Que el estímulo quede por encima». Me pareció que tenía razón y que lo explicaba de una manera clara y sencilla.

Me lo sigue pareciendo.

Pese a ello, vamos a complicarnos, que aquí hay que parecer listos. Tras un exhaustivo análisis, he llegado a una conclusión: el domingo hay que ser equipo intrínseco, adelantar línea de presión diferencial, combinar en tres cuartos y abrir juego por bandas a hombre objetivo, abatir hacia la media hora bloque alto por repliegue mixto, asociarse por dentro y distraer por fuera en fase ofensiva, aprovechar jugador contextual, desarrollar fútbol centrípeto con balance defensivo basculante y, sobre todo, escribir sin artículos y crear infraestructura para circular balón.

Ojalá saber qué estoy diciendo.

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