Desde que se estableciera dentro de las fiestas de Almassora una jornada dedicada a los más mayores del municipio, la participación no ha dejado de crecer y en estas fiestas de Santa Quitèria de nuevo se han superado todas las cifras registradas hasta el momento, ya que los casi mil inscritos para participar en la merienda y espectáculos ofrecidos en la plaza Pere Cornell suponen un nuevo récord.

Ya durante la mañana, la gente mayor recibió la atención de sus conciudadanos, con las actividades celebradas en varios centro de la tercera edad. En la Residencia tuvo lugar la actuación especial de Felipe, mientras que una representación de hasta tres damas de la corte de honor realizó las visitas al centro María Rosa Molas y a las Hermanas de la Consolación. La música animó buena parte de la mañana y los residentes agradecieron la visita a las damas y la charanga aplaudiendo cada uno de los pasodobles interpretados. El carácter familiar de la jornada se plasmaba en el efusivo saludo entre uno de los residentes, el abuelo, y uno de los componentes de la charanga Banana Boom, el nieto. «El del saxo, el del saxo...» aclaraba orgulloso mientras una de las religiosas se animaba a bailar.

Por la tarde, los 970 inscritos guardaron rigurosamente la espectacular cola que cruzaba toda la plaza. Uno a uno y de manos de varios miembros del equipo de gobierno y de la alcaldesa, Susanna Nicolau, fueron recibiendo la merienda compuesta por bocadillo, bebida, fruta y dulce. Algunos esperaron la actuación del mago Carlos Luna, la cantante Tanya Celaya y el ganador del televisivo concurso OT, Vicente Seguí.

Mientras, en La Vila, y a la misma hora, el colorido pasacalle estuvo menos animado que en otras ocasiones, aunque precedió buenos momentos en lo que a lo taurino se refiere. Primero con la entrega de medallas a los niños participantes en el concurso de dibujo taurino celebrado en los colegios. Y a continuación, con la buena salida ofrecida por «Cartucho», el ejemplar de Merenciano Ruperto patrocinado por La Tribu y El Roser. De nuevo, como sucediera el lunes, amagó con abandonar la plaza Mayor a las primeras de cambio, pero la insistencia de Raulillo y Borja sirvió para dejar varios lances aplaudidos por el público. El segundo de los astados, «Piragua», perteneciente a la ganadería de Los Azores que por segunda vez en tres días repetía en La Vila, no pisó con la misma fuerza la arena de la plaça Major. Los miembros de El Caragol se mostraron contentos con la presencia de su toro, pero la salida no fue tan lucida como la anterior y se resolvió en pocos segundos.