La negociación entre la dirección del Hospital Provincial de Castelló y la congregación de Nuestra Señora de la Consolación para reubicar a las cinco monjas residentes ha quedado encallada. La comunidad religiosa sigue sin dar respuesta a la propuesta de traslado para liberar los 850 metros cuadrados que ocupan en la actualidad y destinar este espacio a la ampliación del área de Urgencias, que apenas dispone de 350 metros cuadrados.
La orden de la Consolación apela a su vínculo histórico con el Provincial, al que está ligada desde hace 157 años, para defender su continuidad. Pese a que sólo una de las cinco monjas trabaja como enfermera en el hospital (el resto ejerce labores de voluntariado), disponen de una residencia que ocupa 850 metros cuadrados, con zona ajardinada incluida. La nueva dirección del centro pretende poner fin a una situación que considera anacrónica y plantea su marcha o reubicación.
El consorcio hospitalario ha abierto una negociación con la congregación de Nuestra Señora de la Consolación para abordar si se renueva el convenio que rige las condiciones de permanencia en el centro. La orden rechaza dejar el Provincial, aunque se muestra dispuesta a reubicar a las hermanas en otra dependencia, «siempre que reúna las condiciones necesarias para que las hermanas puedan vivir con dignidad su vocación y su misión», según precisó la superiora.
Sin embargo, la oferta que hizo el hospital de traslado a un espacio más reducido no ha sido aceptado de momento por la orden y las conversaciones se están dilatando más de lo previsto. Mientras las monjas sigan en su actual emplazamiento, queda bloqueado el proyecto de ampliación del área de Urgencias. Es llamativo que las cinco religiosas ocupen 850 metros cuadrados, cuando el hospital tiene unidades emplazadas en barracones por falta de espacio. Además, el actual área de Urgencias apenas dispone de 350 metros cuadrados y requiere una ampliación.
Convenio vencido
El convenio que regula la estancia de las hermanas de la Consolación en el Provincial lleva años vencido. Se siguen rigiendo por uno suscrito en 1981 que estableció las condiciones de estancia de las monjas en un ala del hospital. El documento fijó que deberían pagar por la ocupación, incluida la manutención, 300 pesetas por persona y día, que se descontarían de su asignación mensual por el trabajo realizado en el centro. Dicha cantidad sería actualizada en función de las variaciones anuales del IPC. Además, según el convenio, las religiosas que por su edad dejen de prestar servicio al hospital, podrán permanecer en la comunidad sin contraprestación alguna. Así mismo, todas ellas tiene derecho a asistencia médico-farmacéutica en idénticas condiciones a los funcionarios de la diputación.
La dirección del Hospital Provincial negocia ahora las nuevas condiciones de permanencia de las monjas, sin descartar su marcha si no hay acuerdo.
