Almassora entra hoy en la recta final de sus fiestas de Santa Quitèria, después de que ayer se superara el ecuador de las celebraciones con la tradición festiva y cultural como seña del día. Los toros en La Vila volvieron a ser protagonistas atrayendo a gran parte de los visitantes a Almassora, aunque el primer trofeo de balonmano de calle puso el punto innovador dentro de la programación del día. A última hora de la tarde, la exhibición de «Ball de Plaça» ofrecida por la Associació Cultural El Torrelló sirvió para cerrar la jornada con una muestra más de recuperación de tradiciones dentro de las fiestas patronales.

Hay peñas y collas en Almassora a las que no les entusiasma vivir su día grande durante los tres primeros días de la semana, ya que se les supone una afluencia de público menor. Pero ayer, apurando y luchando contra el tópico de menor cantidad de público, las peñas pusieron algo más de pasión en los pasacalles para hacer pensar a más de uno que quizás el fin de semana había llegado antes de lo esperado. Ya durante la mañana la reunión de peñas para asistir a la entrada de vacas del mediodía fue igual de numerosa que en días anteriores, y la presencia tanto de corredores como de público joven en los cadafales no bajó respecto a lo visto hasta ahora.

Durante la tarde, el que también es ya un acto de tradición en Almassora como es la salida de la Reina y Damas y el pasacalle previo a la exhibición de los astados, reunió a un buen número de peñistas que acompañaron a las representantes de este año hasta la plaça Major. Allí, también se cumplió una tradición, para los taurinos, maldición. En las dos salidas que tuvieron lugar durante la tarde, tanto el ejemplar de Benjumea como el de Los Azores fueron los primeros toros de las fiestas en abandonar la arena de la plaza sin prácticamente dar opciones de evaluar su comportamiento. El primero de ellos, «Fumador», midió a la perfección toda la serie de cadafales que encontró a su salida y abandonó la plaza en pocos segundos. Por suerte, dio media vuelta, entró en la plaza de nuevo y posibilitó una de los pocos lances destacables de la tarde a manos de Borja. Y bajo la mirada atenta de los miembros de la Peña El Trasto, patrocinadores de «Facilón», de nuevo tres segundos bastaron para que el ejemplar de Los Azores abandonara la plaza y ofreciera ya en las calles la fuerza con la que encaró cada una de sus carreras. Al menos, para algunos de los presentes, mostró buena presencia y una fuerza que debería corroborar en la embolada nocturna.

Apenas unos minutos más tarde de que ambos astados descansaran en los corrales, en la plaza Santa Teresa continuaba la actividad, en esta ocasión, con la mayor expresión de recuperación de tradiciones que vive Almassora durante sus fiestas. La Associació Cultural El Torrelló organizaba una sesión de «Ball de plaça» en la que se invitaba y se daban pequeñas nociones para animarse a participar del acto. En esta ocasión la indumentaria folclórica se substituyó por las camisetas de la asociación. Lo que no faltó fue el sonido de «dolçaina i tabal» por parte de la colla Les Goles. Tras varias interpretaciones sobradamente conocidas por la mayoría, el cierre lo puso la interpretación del «Ball Pla» específico y concreto de Almassora, que precisamente fue recuperado hace años por El Torrelló, y al que se sumaron alcaldesa, Susanna Nicolau y varios de los concejales del equipo de gobierno. Al final de la jornada, Almassora supera ya la mitad de sus celebraciones patronales, y como destacó la edil de Fiestas, Isladis Falcó, «sin incidentes graves» y con «gran participación».