Las nuevas tecnologías y las tendencias de comercio sostenible y de kilómetro cero (de proximidad) se presentan como una oportunidad para el renacer del sector agroalimentario. Castelló empieza a poner sus primeras picas y diferentes empresas se consolidan en el mercado ligando la tradición con la innovación y apostando por la excelencia en su producción. Son negocios que están rejuveneciendo un sector todavía muy envejecido y que muestran una alternativa de negocio a las actividades ligadas al campo, muy castigadas primero por el «boom inmobiliario» y luego por la crisis.

El Colegio de Ingenieros Técnicos Agrícolas y Graduados de Valencia y Castelló (Coitavc) organizó ayer una jornada en la que reunió a algunos de los principales agentes dinamizadores de la innovación en el sector agrario.

En la misma participaron dos empresas como ejemplos de la importancia de la innovación en el sector. Frutos Secos del Maestrazgo, que comercializa almendras, trabaja con una serie de máximas: responsabilidad con el entorno, colaboración con proveedores locales y apuesta por la calidad. Asimismo, promueve, según explicó Balma Boix, una forma de organización interna más flexible por la que los trabajadores se sientes más implicados. Ha mejorado el proceso de producción con la comprada de nueva maquinaria, dispone de una tienda online y comercializa la cáscara de almendra como biomasa.

Brancal Mermelada ha fusionado la fabricación artesanal con con un diseño innovador y el comercio electrónico, explicó Lucas Chabrera. De esta manera, produce una mermelada de calidad colocándola en el mercado con una imagen vanguardista y la gestión de las redes sociales. «Quien no esté en el mundo digital estará fuera del mercado dentro de diez años», afirmó Chabrera, quien también exigió un mayor esfuerzo de coordinación a las administraciones. «No puede ser que los productores vayamos al 150 % y las administraciones al 3 %», resaltó.

Alternativa a la cerámica

Castelló promueve el sector agroalimento en los 20 municipios que conforman el clúster cerámico a través del consorcio por la ocupación de esta zona, una iniciativa que impulsan los ayuntamientos. Intenta fomentar otras alternativas económicas a la cerámica . Este consorcio nació hace 7 años, en plena crisis económica. Cinco años atrás puso en marcha la marca el Kilómetro Cero, la cual promueve la producción de productos locales. Hay más de 100 empresas colaboradores, entre agricultores, elaboradores, tiendas y restaurantes. Entre otras actividades contempla un banco de tierras, por el que se facilita la cesión de campos abandonados de sus propietarios a gente interesada en cultivar.

Ayudas públicas

José Juan Morant, subdirector General de Política Agraria Común y Competitividad del Consell, desgranó que través del Programa de Desarrollo Rural (PDR) se destinarán 420 millones de euros hasta 2020 a fondo perdido. La alcaldesa de Castelló, Amparo Marco, avanzó que el ayuntamiento pretende poner en valor los huertos que se encuentran abandonados alrededor de la ciudad como salida para nuevos agricultores. El consistorio también impulsa al respecto un banco de tierras.