El último fin de semana de las fiestas patronales de Almassora en honor a Santa Quitèria empezó ayer con mucha fuerza. Aunque los toros volvieron a reunir a un gran número de aficionados en La Vila, ayer la mesa y los comensales fueron protagonistas con la celebración tanto del «Día de las Peñas y Collas» con certamen de paellas y disco-móvil, como del tradicional «pa i porta», que llegó a reunir a cerca de 5.000 personas en la plaza Pere Cornell.

Una vez más, la jornada se inició con el encuentro de las peñas, en las que ya se pudo comprobar el protagonismo que durante el día tendría el color rosa de las Aficionades Taurines, una de las asociaciones que ayer patrocinaba astado. En la entrada de vacas ya se percibía un mayor ambiente que en otras ocasiones, a lo que seguramente favoreció a que ayer era día festivo en la localidad. A escasos 300 metros y cuando alguna de las vacas todavía daba sus últimas carreras por La Vila, los cocineros de cada colla impregnaron el recinto taurino del primero olor al sofrito previo a la elaboración de las paellas.

Sin casi tiempo para digerir los arroces y con más de una paella aún por fregar, de nuevo la concentración de los peñistas con la Reina y Damas de las fiestas, anunciaba los actos taurinos. A la llegada a La Vila, el recorrido fue diferente al habitual, ya que, por primera vez en estas fiestas, la salida se realizaba desde La Picadora. Allí, el ejemplar de Los Bayones patrocinado por las peñas presentes en la misma plaza no ofreció una salida especialmente brillante, aunque arrancó algún que otro grito con sus insistencia en probar los barrotes de varios de los cadafales. El segundo de la tarde, ya desde la plaza mayor, y perteneciente a la ganadería Moreno Silva tampoco ofreció una salida a la arena demasiado lucida. Rodeó parte de la plaza rasurando los barrotes y los recortadores apenas pudieron arrancarle un par de acercamientos. Pese a ello, su presencia y su viveza en esos primeros segundos en la arena, arrancó aplausos en la plaza.

Poco después de finalizar los actos taurinos, más de 5.000 personas participaron en la cena de «paiporta», siendo este uno de los actos con mayor presencia y arraigo en Almassora. La orquesta Mediterráneo ambientó la cena que contó con juegos para los más pequeños. La noche se cerraba con la embolada de los dos toros exhibidos por la tarde y con la Gran Fiesta en el Recinte Fester.