El presidente de la Confederación de Empresarios de Castelló, José Roca, y su secretario general, Rafael Montero, hacen oídos sordos a las críticas por su gestión económica recibidas en la última junta directiva y se aferran al cargo. Su continuidad puede llevar a la patronal a un callejón sin salida, según fuentes de la dirección de la CEC, que advierten que su permanencia frena el ingreso de 40 nuevas empresas en la organización, además de afectar a las ayudas públicas de los cursos de formación por su mala relación con la Generalitat.
«Estamos asfixiados y la única solución pasa por la salida de Roca y Montero», asegura el sector crítico de la CEC, que insiste en que habrá más dimisiones. Roca logró ganar tiempo en la junta directiva del jueves convocando otra reunión la próxima semana para clarificar las cuentas económicas de 2016, que fueron cuestionadas por parte de su cúpula. «Si no hay aclaraciones seguro que habrá más renuncias», sostienen desde la CEC, pero consideran que al margen de las explicaciones que puedan ofrecer el principal problema de la patronal radica en la presencia de Roca y Montero.
La falta de relevo paraliza, resaltan, la entrada en la CEC de 40 empresas. Son «reticentes», explican, al continuar los dos dirigentes y por la causa judicial que investiga un posible fraude en cursos de formación impulsados en su mandato.
En estos momentos y después de tres décadas de presidencia de Roca, la CEC apenas cuenta con una decena de empresas. Luego, añaden desde la patronal, sólo pagan sus cuotas una veintena de las 50 organizaciones sectoriales que la integran. Con el descenso de la financiación pública, la CEC se encuentran en una situación límite al contar con unos mínimos ingresos de la iniciativa privada. Como muestra, el presupuesto de este ejercicio contempla un agujero de ingresos y gastos que ronda el medio millón de euros, tal como publicó ayer este diario. Asimismo, la patronal de talleres de automoción (Astrauto) anunció en la junta del jueves su salida de la CEC.
Por ello, los críticos dudan del plan de viabilidad 2016-2010 presentado el jueves por Roca. Esta previsión prevé un aumento de las cuotas empresariales con la idea de alcanzar una mayor autosuficiencia de la CEC y disminuir su vinculación con las subvenciones del Consell, pero subrayan que con Roca y Montero al frente es complicado que se logre este objetivo cuando la mayor parte de empresas de la provincia interesadas en acceder a la CEC ponen como condición la marcha de los actuales dirigentes.
Insisten en que hace falta un cambio de rumbo en la CEC y reiteran que el presupuesto de 2016 es insostenible cuando incluye un desfase de 500.000 euros. También califican de poco realista el plan de viabilidad.
Roca, al frente de la presidencia desde 1987, traslada a su entorno que pese a la situación actual, a la que se ha llegado con su dirección y la de su secretario general, que prosigue con fuerzas para arreglar la CEC. Asimismo, según fuentes de la patronal, quiere defender que la organización actuó correctamente en los cursos de formación que investiga un juzgado de Nules.
Además, se proyecta como el adalid de la defensa de los intereses de Castelló frente a los planes de la patronal autonómica de mermar el peso de la CEC, pero en este sentido sus detractores consideran que su obcecación en seguir debilita a la entidad castellonense en las negociaciones con Valencia.
