La Eurocámara, patronales y sindicatos europeos presionan a Bruselas para que no conceda el estatus de economía de libre mercado a China, que supondría rebajar las medidas proteccionistas que ahora tiene activadas en diversas importaciones del gigante asiático, entre otras, las cerámicas. Un grupo del Parlamento Europeo creado para valorar el estatus de economía de libre mercado de China, integrado por las principales partidos políticos, ha realizado una consulta donde más del 90 % de las respuestas recibidas de 19 estados han mostrado su oposición a conceder esta distinción a China, según relató ayer en Castelló la eurodiputada y presidenta del foro europeo de la cerámica, Inmaculada Rodríguez-Piñero.

La parlamentaria mantuvo una reunión en el ayuntamiento con la alcaldesa, Amparo Marco; el presidente y el secretario general de Ascer, Isidro Zarzoso y Pedro Riaza; y empresarios del sector, para valorar el proceso en torno a la condición de economía de libre mercado que persigue China.

Piñero subrayó que, además de la consulta, el Parlamento Europeo ha aprobado una resolución contraria a aprobar este estatus a China «porque este país no es una economía de mercado, sino intervenida por el Estado, e invade la industria europea con reglas del juego que no están basadas en la competencia leal, lo que tiene una gran trascendencia para el sector de la cerámica». También plantea reforzar las medidas de defensa comercial en países que no cumplan con la normativa de una economía de libre mercado, entre otras la «antidumping».

Ese acuerdo no es vinculante, pero marca las directrices a la Comisión Europeo, que ha de decidir antes de diciembre si asume la propuesta de China. Piñero subrayó que la resolución de la Eurocámara es importante porque fue votada por el PP y socialistas, formaciones que sustentan la mayoría de gobiernos en la Unión Europea.

Bruselas concretará su posición en julio, según Piñero, quien advirtió que en el caso que apueste por la opción favorable a China la Eurocámara tendría derecho a veto. Por otra parte, el grupo socialista también ha propuesto que se incrementen los aranceles en terceros países que no cumplan con las exigencias que aplica la UE en sus sectores económicos en materia medioambiental.