Cuando se dice que los burrianenses somos gente emprendedora, con visión de futuro, no estamos siendo realistas. Siendo conscientes de la historia más reciente, no nos podemos engañar a nosotros mismos. La Borriana que todos queremos y de la que presumimos es la del siglo pasado, en la que se alcanzaron los más de 200 comerciantes de naranja y, entre ellos, los más importantes de esta comunidad, los mejores colegios de la provincia edificios modernistas en las principales calles de la ciudad y una fanfarronería que en parte era real. Hoy en día si echamos la vista atrás en realidad lo que nos queda es la historia y lo poco a la hora de desarrollar ésta población de cara al futuro.

Borriana tiene aún muchas posibilidades, pero las directrices para desarrollar estas posibilidades las tendrá que marcar otras entidades o personas que no sean de esta ciudad. Uno de los ejemplos más palpables que tenemos es el del Puerto de Borriana. Hoy en día pasear por el Puerto es una auténtica gozada, pero el puerto y el recinto portuario no dependen del ayuntamiento. Por ello la Conselleria ha realizado las obras que ha creído convenientes y ha mejorado considerablemente todo el recinto portuario, en el que están ubicadas la Casa del Mar y la sede de la Cofradía de Pescadores, así como la lonja, la Escuela del Mar -que funciona todo el año-, el Club Náutico y una nueva marina con capacidad para un número considerable de embarcaciones, además de restaurantes que le dan mucha vida.

Si todo esto que se ha construido en el recinto del Puerto lo hubieran tenido que decidir en el ayuntamiento de esta ciudad, aún estaría vigente el desguace, las barcas abandonadas y el único atractivo serían «les barquetes de Sanz». Sin embargo, hoy el Puerto es un atractivo turístico importante.

El proyecto de urbanizar el Arenal, situado al lado del Puerto, es una decisión del ayuntamiento. En cincuenta años no se ha realizado ninguna obra con proyección de futuro. Posiblemente en esta ciudad se han presentado más de diez proyectos para urbanizar los 300.000 metros cuadrados de terrenos municipales. Terrenos que forman parte del futuro de esta ciudad. Visto lo que ha supuesto para los gobernantes esta posibilidad, tendremos que esperar a que se cambie la catalogación de la playa del Arenal y ésta deje de ser urbana para que quienes decidirían el posible proyecto fuera ya gente de fuera de la ciudad, quedándonos los propietarios fuera de cualquier decisión.

Si en cincuenta años no hemos sabido aprovechar estos terrenos no sería de extrañar que lo hicieran otros.