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José Roca no descarta someterse a una moción de confianza en la CEC

El presidente reitera que se siente con «fuerzas» para continuar pero abre la puerta al relevo - «Dice que quiere captar a empresas pero no conoce a muchas», lamenta el extesorero

José Roca no descarta someterse a una moción de confianza en la CEC

Las dos dimisiones en la junta directiva de la Confederación de Empresarios de Castelló ponen contra las cuerdas al presidente, José Roca, y al secretario general, Rafael Montero. Roca, en el cargo desde 1987, insistió en que tiene «fuerzas» para seguir al frente de la CEC, pero abrió la puerta a un posible relevo y, al respecto, afirmó que estudia presentar una moción de confianza ante la asamblea general de la patronal.

Roca, en declaraciones a Europa Press, arremetió contra Juan Manuel Suárez, que presentó el jueves su dimisión de tesorero por diferencias con la gestión del presidente, y restó valor a los planteamientos que le trasladó para resolver las dificultades económicas de CEC. Según Roca, Suárez, que ocupó nueve años la tesorería de la patronal, alegó que no había sido atendida una propuesta que realizó «de forma verbal», con la que «pretendía que la CEC se convirtiera en un club de empresas y que éstas pagaran una cuota anual de 1.000 o 1.200 euros, con lo que no había ni para pagar la luz». Anteriormente, renunció a su vicepresidencia Miguel González, de Ascer, por la «falta de transparencia» de la CEC.

Roca aguanta en el cargo pese a los ceses de dos personas de su confianza, pero es consciente de la rebelión interna y por ello plantea ahora la posibilidad de someterse a una moción de confianza porque «yo estoy aquí para servir a los empresarios de la provincia y no para servirme», sostuvo. «Nadie es insustituible, pues siempre he dicho que las instituciones son más importantes que las personas», remarcó Roca. Confió que en pocos meses se solucione la situación de la CEC y «conmigo o sin mí, siga sirviendo a las empresas de Castelló y a la provincia», unas palabras que apuntan una hipotética marcha si la mayoría de la patronal lo defiende.

El presidente ha convocado el lunes otra reunión con su cúpula para analizar la economía de la CEC. No se descartan más abandonos tras la renuncia del tesorero, según fuentes de la organización, que subrayan que el abandono del tesorero evidencia la gravedad de las cuentas económicas de la CEC. Suárez lamentó que la situación de la CEC «no para de deteriorarse y yo me voy porque no quieren poner freno», en referencia a Roca y Montero. «No buscan una solución concreta, dicen ahora que buscarán empresas pero hay muchas que no conocen», lamenta Suárez, que añade que, además, hay un importante salto generacional entre el presidente y el secretario general (con más de 75 años) y los actuales empresarios de la provincia. Asimismo, afirmó que no son ciertas las palabras de Roca respecto a su plan alternativo.

Suárez y un sector de la CEC apuestan por reconvertir la patronal en un «lobby» empresarial que reduzca su dependencia de las subvenciones públicas. Cada empresa pagaría un canon, que sería superior a la cantidad mencionada por el presidente, según Suárez.

Roca subrayó que su plan de viabilidad es «una solución menos mala que la que planteó el tesorero», pero esta previsión fue cuestionada por sus vicepresidentes y parte de su junta directiva. Contempla la entrada de nuevas empresas, pero según el sector crítico, la mayoría de las mismas elude la CEC por la continuidad de Roca y Montero.

El presidente de la CEC admitió los problemas de tesorería, pero eludió cualquier autocrítica y señaló que se deben a que todavía no ha cobrado 530.000 euros que le corresponden de la aportación de la administración, así como al dinero que ha tenido que depositar la entidad para poder recurrir los contenciosos administrativos que tiene pendientes. Esta deuda asciende a los 1,2 millones de euros y en esta cantidad se incluyen los 418.000 euros de los cursos de formación de la CEC que investiga un juzgado de Nules. Añadió que la deuda de la CEC con los bancos se eleva a 600.000 euros y que se devolverá cuando pague la Administración, lo que genera un futuro incierto porque se desconoce cuánto y cuándo pagará el Consell. Asimismo, en 2016 se prevé otro agujero de 500.000 euros.

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