El Castellón venció en Castalia al Atlético Malagueño, pero se marchó de Castalia envuelto por la amargura, debatiéndose entre la alegría por la mínima ventaja lograda o por la tristeza de haber desperdiciado un 2-0 casi definitivo al descanso. Solo la vuelta dictaminará el valor del 2-1 definitivo, el tanto que marcó el visitante Mula hacia la hora de juego, para amortiguar el impacto del doblete de Ebwelle previo al descanso.

A veces sucede ese tipo de milagro: un partido se desarrolla como un entrenador ha imaginado previamente. Eso le pasó ayer a Kiko Ramírez en la primera parte del envite de ida de la segunda eliminatoria de la fase de ascenso a Segunda División B. El Castellón se marchó dos a cero al descanso ejecutando el plan del técnico al pie de la letra. Los albinegros esperaron, robaron, corrieron y golpearon. Dos goles de Ebwelle subrayaron la máxima: [casi] todo lo que podía salir bien salió bien, nada de lo que podía salir mal salió mal.

Sin recular en exceso, al Castellón no le importó regalar la pelota al filial del Málaga. El pivote Deco metió el ancla entre los centrales, los laterales pisaron la cal y el balón fue de color visitante. Casi siempre, eso sí, en campo propio, o muy lejos de la portería rival, inédito Álvaro durante esa fase inicial del encuentro. El Castellón se ordenó en dos líneas de cuatro -a Luismi le vino de perlas la ayuda de Marenyà en la banda para minimizar la amenaza de Ontiveros- y en el trabajo se aplicaron todos con obediencia, incluido Ebwelle, el héroe albinegro de la tarde.

Como en los mejores sueños en blanco y negro, el Castellón tardó cinco minutos en marcar. El 1-0 nació en un saque de banda a favor del Atlético Malagueño en campo contrario. Hubo un mal saque -primer error- y Carlos López voleó un pase largo a la carrera de Raúl Fabiani. El central Mérida, que partía en ventaja para el corte, dejó botar la bola -segundo error-, y Fabiani le ganó a pugna al entrar en el área. El meta Aarón desvió el primer remate, pero el segundo, tras pase atrás de Fabiani, lo embocó Ebwelle desde el punto de penalti, libre de marca -tercer error-.

El peligro del cuadro local consistió básicamente en recrearse en ese matiz. El Castellón esperó el error del Málaga y lo castigó con una contundencia inusitada. En el 18 perdonó Ebwelle en el área tras una transición urdida por Arturo, Marenyà y Meseguer, que desembocó en el lateral de la red, pero no en la siguiente ola, en el minuto 25. Ebwelle interceptó un pase en la salida visitante y activó el molinillo que empujan sus piernas. No vio a nadie a los lados, ni falta que le hizo. Eligió el camino recto, fue bailando rivales y se plantó en el área, frente a Aarón. El portero frenó el primer tiro, pero Ebu metió la puntería para empujar a la red el rechace.

Con 0-0, con 1-0 o con 2-0, la dinámica del juego no varió en el primer tiempo. El filial andaluz amasó posesión, pero solo creó inquietud a pelota parada, pie derecho de Ontiveros mediante. El Castellón siguió a lo suyo: en el 33, otro robo y salida en estampida, con derechazo de Carlos López que lamió el palo; o en el 37, en una acción de Meseguer a la contra que terminó en córner.

Mejoría visitante

Tras el descanso, al Castellón le comenzaron a pesar las piernas. Asomó el cansancio, caló la humedad del calor, la inercia invitó al paso atrás y el Malagueño se vio más cerca del gol. El punta Yousef avisó por partida doble, pero sus remates no encontraron portería. Tampoco una rosca intencionada de Marenyà, la única bala local en ese tramo previo a lo que parecía inevitable, el gol malacitano. En el minuto 61, fue Mula el ejecutor: disparó con la zurda mordido pero letal. El toque involuntario del central Arturo quebró al meta Álvaro para el 2-1.

Entonces, el carrusel del cambios acentuó los primeros síntomas de desorden. El Castellón perdió el hilo, con cierta duda, ni atacó ni se replegó con eficacia. Le fue peor en un escenario de partido abierto. Firmó un arrebato de cuatro saques de esquina consecutivos sin premio, pero se marchitó hasta el último intento, un zurdazo de Jesús López en el añadido.

En líneas generales, en ambos equipos fue mayor el temor a perder lo obtenido que la ambición de conseguir un mejor resultado. El Malagueño se había visto fuera de la eliminatoria y se las apañó para remar y saborear un gol que los devolvía de pleno a ella. El Castellón seguía en ventaja, mínima pero ventaja, al cabo, un 2-1 que se antojó mejor a cada susto. El filial merodeó el empate: en el 85, Álvaro desvió con apuros a la esquina un disparo de Ontiveros, en el 87 se le escapó un balón franco en el área y en el 89 se le anuló un gol a Yousef al interpretar al asistente que el balón había salido por la línea de fondo.