El presidente de la Junta de Festes de Castelló, Juanvi Bellido, ha tocado arrebato esta semana y ha ninguneado el nuevo reglamento de elección de las reinas que había preparado con la concejala de Fiestas, Sara Usó, y otros integrantes de la Junta. Con este pulso intenta desgastar al equipo de gobierno para afianzar su continuidad y reforzar la autonomía del ente festero, que se ha visto mermada con la entrada en vigor del nuevo Patronato de Festes.

Las relaciones entre Bellido y el ejecutivo local no eran buenas desde que saltaron las quejas de dos funcionarios contra el presidente de la Junta, una de las cuales acabó como denuncia en los tribunales por presuntas «coacciones y «amenazas». El consistorio ha eludido intervenir en la entidad festera porque Bellido es un cargo elegido por la asamblea festera y no quiere que se le acuse de injerencias en «el món de la festa», pero ha aplazado su remodelación en la Junta a la aprobación de la liquidación del presupuesto festero.

Esta acción ha sido vista como una intromisión por Bellido, quien como respuesta desafió a la concejala en el consejo rector del Patronato del jueves en una maniobra cuyo final es impredecible. Así, se echó atrás con el reglamento de la elección de reinas presentado por Usó y que, según el ayuntamiento, había sido acordado previamente con la Junta, y expuso sus diferencias de manera abierta con esta normativa ante los representantes festeros y de los partidos políticos. La Junta indicó en la reunión que la redacción del reglamento es potestad suya y no del ayuntamiento y convenció de a los vocales del Patronato y a los partidos políticos, ya que en su caso nadie les había informado de ello y defendieron la puesta en marcha de un proceso de elaboración más participativo. Desde el ayuntamiento aseguraron que el documento se presentó porque había sido consensuado con Bellido y otros miembros de la Junta, con lo que de sus explicaciones se deduce que la regidora fue engañada.

Fuentes de colectivos festeros señalan que de Bellido dependían las consultas con los entes festeros, cosa que, afirman, no hizo, pero con su jugada en el consejo rector, sostienen, dejó como responsable a la regidora, Sara Usó.

Desde «el món de la festa» consideran que el presidente de la Junta pretende afianzar su gestión minando la autoridad del ayuntamiento. Desde su entorno estiman que el equipo de gobierno interfiere en la Junta y desde el ejecutivo rebaten que se limitan a cumplir la función que marca los estatutos del Patronato. Esta estructura fue aprobada en el anterior mandato pero se ha activado este año. Resta poder a la Junta, que pierde el control económico en favor del consistorio. Mantiene la programación de fiestas pero la menor independencia, que viene obligada por la Ley de Grandes Ciudades por funcionar con dinero público, ha derivado en fricciones entre Junta y consistorio.

Otras fuentes de fiestas señalan que Bellido pretende reforzarse ante el juicio que ha de afrontar el 7 de julio por una denuncia de una funcionaria del Patronato por presuntas «coacciones».