Las nuevas sillas de ruedas que acaba de adquirir el Hospital Provincial de Castelló no han pasado desapercibidas entre los trabajadores y pacientes del centro. En el respaldo hay impreso un rótulo dirigido a los amigos de lo ajeno, advirtiéndoles de que disponen de un sistema antirrobo controlado por GPS.

El Provincial ha comprado una docena de estas butacas móviles, emulando a otros hospitales donde ya se utilizan. El objetivo es evitar robos, ya que cada año se pierden entre diez y doce sillas, con el consiguiente gasto. El rótulo de advertencia tiene, sobre todo, un efecto disuasorio.

Por otra parte, prosiguen las obras de ampliación de la zona oncológica del Hospital Provincial, que arrancaron la semana pasada y que está previsto que finalicen en el plazo de nueve meses. También se está instalando el ansiado tercer acelerador lineal para tratamientos de radioterapia. El emplazamiento del equipo en un búnker se ha encontrado con un problema de compatibilidad con un quirófano anexo. Desde el centro confían en solventar este contratiempo sin anular el quirófano.

Mientras se desarrollan estos trabajos, toma forma el proyecto del nuevo centro oncológico del Hospital Provincial. Irá ubicado en el edificio donde iba a instalarse un aulario, al cual se ha renunciado. El complejo dispondrá, entre otros elementos, de un hospital de día, consultas externas y boxes para tratamientos de quimioterapia. La ejecución de este ambicioso proyecto queda a expensas de que la Conselleria de Sanidad lo presupueste el próximo año para que pueda arrancar. El nuevo centro consolidará al hospital como referente oncológico en la provincia.