El consumo de pavimentos y revestimientos cerámicos crece a nivel mundial. Lo ha hecho incluso en los años más duros del impacto de la crisis económica, y lo hará también este año e incluso en 2017, ejercicios en los que aumentará una media anual del 4,8 %.
Así se desprende del estudio Prometeia, encargado anualmente por la patronal azulejera italiana Confindustria Cerámica, y que confirma las buenas perspectivas para los fabricantes de recubrimientos, a pesar del escenario de creciente competencia mundial. Eso sí, la tendencia alcista se está ralentizando.
Los valores quedan lejos de la edad dorada para la industria, la de los 90 del pasado siglo, cuando el consumo aumentaba a un ritmo del 10 % anual. A partir de ahí, la curva comenzó a suavizarse, limitándose a un +6,7 % entre los 2000 y 2007, y un 1,8 % en el bienio 2008-2009 (el peor escenario fue el 2009, cuando retrocedió un -0,9 %). En contra de lo que pudiera parecer, el consumo mejoró un 5,5 %, entre 2009 y 2015, año en el que el mercado mundial absorbió en torno a los 12.200 millones de metros cuadrados. Las previsiones para el bienio 2016 y 2017 es que el consumo crezca en torno al 4,8 %: un 4,4 % en el actual ejercicio y hasta un 5,1 % el año que viene.
Más allá de las frías cifras relativas, lo más interesante es el imparable avance que ha registrado la cerámica como material de construcción en todo el mundo, ganando terreno al resto de recubrimientos competidores. Y es que en el año 1990, el consumo de azulejos apenas rozaba la cota de 3.000 millones de metros cuadrados. A partir de ahí, y a pesar de que el periodo ha incluido la explosión de la burbuja inmobiliaria más grande de la historia mundial, ha escalado se prevé que llegue hasta los 15.500 millones de metros cuadrados en 2017.
Y debe seguir subiendo para que el aumento mundial de la producción pueda se absorbido por el mercado.
