Dos veces lo repitió Kiko Ramírez en su comparecencia ante la prensa: «Me huele a hierba recién cortada, me huele a jazmín y me huele a primavera. Eso es importante». Nadie supo muy bién qué quería decir el entrenador del Castellón, si aquello era una canción, un poema o lo que fuera, pero el caso es que, tras eliminar de forma agónica al filial del Málaga («el rival más duro posible»), cualquier argumento parecía válido. «Fue un partido muy duro y el rival mereció más», admitió Ramírez cuando habló de fútbol, «pero este es un pase que nos da alas».

Kiko Ramírez señaló dos pilares sobre los que el Castellón edificó su triunfo. «Ellos han sido mejores en juego y ocasiones, pero nosotros jugamos en equipo y tuvimos la suerte necesaria». Kiko apeló a la importancia de las inercias en el fútbol. «Cuando la dinámica es buena las cosas salen de cara. En el Castellón estábamos acostumbrados a las malas, pero el fútbol al final te da lo que te había quitado. El partido ha sido muy duro, sabíamos que así sería. En la primera estuvimos bien, pero luego con el calor y el desgaste sufrimos», afirmó, al tiempo que recordaba que «en la ida fuimos mejores».

Saboreando la alegría y alabando el trabajo de los suyos, con mención para le meta Álvaro, Kiko agradeció el apoyo de la afición. «Hay que disfrutar el momento y esperar rival. Entonces, a muerte»