La Comisión de Peticiones del Parlamento Europeo ha admitido a trámite la petición de la Plataforma Ciutadana en Defensa de les Terres del Sénia (PCDTS) contra la financiación del proyecto Castor con recursos públicos y ha pedido a la UE que lleve a cabo una investigación. Así se lo ha comunicado la institución de ámbito europeo a este colectivo. Esta petición fue presentada en 2015 y censura que se financie con recursos públicos europeos el proyecto Castor de almacenamiento de gas.

La plataforma ha considerado en un comunicado esta admisión «una buena noticia, dada la trascendencia medioambiental, económica y social de este fallido proyecto gasístico». La Comisión de Peticiones considera que esta petición y los asuntos planteados cumplen, de conformidad con el Reglamento del Parlamento Europeo, los requisitos de admisión a trámite por tratarse de un asunto que «incide en el ámbito de actividades de la Unión Europea».

Por esta razón, se ha comunicado también que la Comisión de Peticiones ha iniciado el examen de la solicitud y ha decidido pedir a la Comisión Europea que lleve a cabo una investigación preliminar sobre los diferentes aspectos «del problema».

Paralelamente hay una reclamación abierta ante el Banco Europeo de Inversiones por haber financiado con recursos públicos europeos el «fiasco del proyecto Castor», según ha señalado la plataforma.

Así mismo, este colectivo ha recordado que ya advirtió «sobre el riesgo que suponía financiar esta instalación, el fraccionamiento de este proyecto y la falta de rigor del estudio de impacto ambiental». Por ello, subrayan que «en estos momentos, más que nunca, pedimos que se haga justicia», han indicado la Plataforma Ciudadana en Defensa de las Tierras del Sénia.

La decisión llega apenas 10 días después de la declaración ante los juzgados de Vinaròs, como testigo, de Joan Ferrando, representante de la Plataforma en Defensa de les Terres del Sénia y presidente de la de Afectados Plataforma Castor (Aplaca). Ferrando explicó ante el juez que trató de relatar «la angustia que hemos pasado estos años y que durará hasta que se desmantele la infraestructura».

El representante de la entidad explicó que su papel fue «trabajar mucho, buscar información y difundirla para que la gente que estuviera en contra del proyecto pudiera tener argumentos». Según Ferrando, «nos dimos cuenta de que el gran problema que en un principio pensamos que estaba en tierra, en la planta terrestre, estaba realmente dentro del mar, en la planta marina». Ahora confían en que desde Europa se aclare qué pasa con un proyecto financiado con fondos públicos que resultó ser «un fiasco».