El presidente de la Confederación de Empresarios de Castelló, José Roca, y su secretario general, Rafael Montero, siguen perdiendo apoyos en el seno de la patronal con el paso de los días por la grave crisis económica interna y la investigación judicial de los cursos de formación. Ahora, la federación provincial de agricultores y ganaderos de Castelló (Fepac-Asaja) amenaza con presentar su baja si no se produce un relevo en la organización.
Fepac reclama desde hace tiempo un cambio de aires en la CEC y, ahora, a la vista de que Roca y Montero se resisten a ceder el cargo, se plantea dar un paso más. «Si se va la gente nosotros también nos iremos», señaló el presidente de Fepac, Néstor Pascual, en referencia a las últimas dimisiones del vicepresidente nombrado por Ascer y del tesorero. Pascual consideró necesaria una renovación en la cópula de la CEC para solucionar sus dificultades económicas. Otras fuentes de Fepac señalaron que Pascual abordará la situación de la patronal castellonense en una próxima junta directiva de Fepac.
Con la sectorial del campo la CEC sufriría la segunda salida de la cincuentena de federaciones provinciales que la integran tras producirse la de Astrauto, además del representante de Ascer y el tesorero.
La presión contra Roca y Montero crece día tras día. Las reuniones convocadas por el presidente y el secretario general con sus vicepresidentes en las últimas semanas no han logrado pacificar los ánimos en la patronal. Roca ha abierto la puerta a someterse a una moción de confianza ante la asamblea de la CEC, pero piensa que aún tiene el respaldo de la mayoría para continuar al frente. Insiste en que su plan de viabilidad es la solución adecuada para sacar a la CEC del agujero económico, pero sus vicepresidentes, según fuentes de la patronal, le han trasladado que se opondrán al presupuesto de este año y al plan de viabilidad en la próxima junta directiva. Las explicaciones de Roca, añaden las mismas fuentes, siguen sin convencerles y abogan por una hoja de ruta diferente a la propuesta por el presidente.
Cabe recordar que la CEC acumula una deuda de 600.000 euros con las entidades financieras y que el presupuesto de este año contempla un desfase de medio millón de euros. Con estos números la patronal podría entrar en concurso de acreedores al final de este ejercicio. Sus vicepresidentes le han transmitido la necesidad de pedir ayuda económica a los empresarios de la provincia. La cuestión, según el sector crítico, es que la continuidad de Roca y Montero ahuyenta la entrada de nuevos empresarios. El presidente presume de que ha logrado el ingreso de cuatro firmas, pero el bando renovador de la CEC subraya que con otra dirección se apuntarían al menos 40 empresarios. Resalta que la patronal sólo tiene salida si apuesta por un modelo autosuficiente frente a la tradicional vinculación de las subvenciones públicas. Roca aduce que el Consell debe 1,2 millones en ayudas por cursos de formación, pero en este caso hay que tener en cuenta que parte de este importe público (más de medio millón de euros) se encuentra retenido porque está siendo investigado por un presunto fraude por un juzgado de Nules.
Asimismo, la obcecación de Roca y Montero, agregan los críticos, no sólo está agravando el estado económico de la CEC sino que está minando a la organización en la pugna que dirime con la patronal autonómica.
