Enfrascado en pleno mercado estival de fichajes, dentro de la renovación de la plantilla que se ha iniciado con la incorporación de Denis Cherysev y que busca armar un equipo con nivel para competir en la Champions League, el Villarreal deberá un año más reforzar su delantera. La parcela ofensiva del conjunto castellonense es la que más variaciones ha sufrido en las últimas campañas y, de cara a la próxima temporada, también presentará novedades de forma obligada.

A estas alturas del verano, parece que Roberto Soldado es el único delantero que con total seguridad continuará vistiendo de amarillo la próxima temporada. Tanto Leo Baptistao como Adrián López han regresado a sus respectivos clubes de origen tras un año a préstamo en El Madrigal. El brasileño ha vuelto a la disciplina del Atlético de Madrid, mientras que el asturiano se reincorpora a la plantilla del Oporto.

Además, existe la incertidumbre sobre el futuro de Cédric Bakambu. El franco-congoleño, después de una destacada temporada en la que se ha destapado como un notable goleador en una Liga de primera nivel como la española, se ha convertido en objeto de deseo. En los últimos meses, se ha hablado con insistencia del interés del Atlético de Madrid por hacerse con los servicios del atacante amarillo.

Ahora mismo, como mínimo, el submarino debe incorporar dos delanteros para completar las rotaciones a lo largo de la temporada. Una cifra que podría incrementarse hasta tres si finalmente Bakambu es traspasado.

Una situación bastante similar a la del pasado verano cuando el Villarreal recompuso por completa su línea de ataque. El club amarillo, en una operación que se ha convertido en habitual en los últimos tiempos, tuvo que reforzar una parcela que se había quedado por debajo del nivel del resto del equipo. Tras su magnífica campaña vestido de amarillo, Luciano Vietto partió hacia el Vicente Calderón por unos 20 millones de euros. Además, la entidad prescindió a Ike Uche y Gio dos Santos y les buscó una salida. Finalmente, aunque la operación se prolongó hasta agosto, Gerard Moreno también fue traspasado. Se marchó al Espanyol.

Este hecho obligó a cerrar las contrataciones de Soldado y Bakambu y a traer prestados a Baptistao y Adrián López. Al marcharse estos dos, ahora la historia vuelve a comenzar.

En transformación

Se ha convertido en norma, en las últimas campañas, que el Villarreal cambie los rostros que componen su ataque. Desde el descenso a Segunda División, los goleadores del equipo amarillo han sido muy diversos. En la campaña 2012-2013, el submarino confió en Fernando Cavenaghi y Walter Pandiani, dos veteranos delanteros sudamericanos, para buscar el ascenso. Pero, al final de la temporada, Ike Uche, el canterano Gerard Moreno y Jérémy Perbet, que llegó en el mercado de invierno, fueron los encargados de perforar la portería rival.

Con Moreno cedido en el Mallorca, en la temporada de regreso a Primera División la faceta anotadora la asumieron Ike Uche y Gio dos Santos. El nigeriano y el brasileño fueron la pareja habitual, ayudados por Jérémy Perbet. Pero, en el verano de 2014, el delantero francés fue traspasado al fútbol turco y, aunque Uche y Gio se quedaron en la disciplina amarilla, pronto se evidenció que su rol sería más secundario. Fue entonces cuando la eclosión de Vietto y la reivindicación de Gerard Moreno cambió la delantera amarilla.