El presidente de la Confederación de Empresarios de Castelló, José Roca, ha dejado sola a la organización en la pugna que dirime con la autonómica Cierval y pone en riesgo su futuro. Los dirigentes empresariales de Alicante y Valencia pusieron ayer la primera piedra en la refundación de Cierval después de que los primeros se avinieran a negociar una propuesta del presidente de esta última, José Vicente González. Roca se enfrenta a la Cierval sin ofrecer las soluciones económicas que necesita la CEC.
El modelo que se puso sobre la mesa en el comité directivo de Cierval de ayer había despertado resistencias en las últimas semanas entre los empresarios de Alicante integrados en Coepa y los castellonenses de la CEC, ya que contempla una reducción de las estructuras de ambas provinciales. Alicante lo asume porque considera que es la única manera de garantizar su supervivencia. Roca mantuvo su oposición y, según fuentes presenciales, realizó un duro ataque al presidente de Cierval, José Vicente González.
Pero la posición de Roca no es unánime en Castelló, ya que un empresario de una sectorial provincial destacó los planes planteados por Cierval, según las mismas fuentes. Un parte de la junta directiva de la CEC cuestiona su gestión y la de su secretario general, Rafael Montero, y la persistencia de Roca puede provocar una escisión en la patronal castellonense. Alicante y Valencia suman un 73 % de votos de la asamblea de Cierval y necesitan un 2 % de apoyos de Castelló. Federaciones de Castelló podrían optar por integrarse directamente en Cierval al estar en desacuerdo con la dirección de Roca.
Empresarios de la CEC consideraron a este diario que la única solución pasa por la salida de Roca y Montero, a los que reprochan que su enfrentamiento personal con el presidente de Cierval está agravando la situación de la CEC. La mayoría del empresariado castellonense quiere mantener el peso de la CEC, pero cada vez son más las voces que reclaman cambios en la entidad. Insisten en que sus cuentas son insostenibles, con una deuda financiera de 600.000 euros y un agujero de medio millón de euros en el presupuesto de este año. Roca, que lleva 29 años en la presidencia, sigue confiando en el pago de subvenciones retrasadas del Consell de cursos de formación. Sus críticos defienden que la CEC ha de apostar por un modelo autosuficiente, con una menor estructura burocrática y desligado de ayudas públicas. Roca ha sufrido las renuncias del vicepresidente nombrado por Ascer y de su tesorero. También han criticado su gestión las patronales del campo (Fepac), construcción y transporte
Valencia y Alicante vieron el modelo propuesto por el líder de Cierval «una buena base para llegar a un acuerdo». Así que, a partir del borrador presentado, «los empresarios han acordado continuar las conversaciones para introducir las matizaciones y precisiones necesarias que permitan un consenso antes del 31 de octubre» de este año., informó Cierval. La asamblea se convocará después. Si ese acuerdo finalmente no fuera posible, Cierval estaría herida de muerte. Y es que su situación financiera, por los impagos de Coepa (en concurso de acreedores) y la CEC (también investigada por los cursos de formación), es muy delicada. Tanto que la liquidación de 2015 se cerró con unas pérdidas de 905.334 euros al aplicar provisiones «por las deudas de dudoso cobro».
El modelo de nueva Cierval que propuso ayer González trata de lograr la supervivencia de la autonómica reforzando su estructura en detrimento de las provinciales. ¿Cómo? Pues dando entrada a federaciones y empresas que compensen la incapacidad de aportar fondos de las provinciales, reduciendo a estructuras mínimas las patronales de Alicante y Castelló para no duplicar gastos pero para que mantengan algún tipo de representación en sus respectivos territorios y absorbiendo Cierval la provincial de Valencia, la CEV, presidida por Salvador Navarro, la única saneada y que contribuye al sostenimiento de la autonómica.
