El grupo Santa Teresa se encuentra en el límite entre Castelló y Almassora, encajonado entre la CV-18 y el barranquet , frente al Perpetuo Socorro. Cuenta con poco más de 150 vecinos, que denuncian el abandono del barrio y un aumento de la inseguridad.

La principal preocupación de los residentes en la actualidad es la venta de drogas. Así lo explica el presidente de la asociación de vecinos, Constantino Muñoz, quien señala que de un tiempo a esta parte ha llegado «gente de mal vivir» que se dedica a traficar y que ha roto la paz en el barrio. Los vecinos lamentan que la presencia policial no sea más intensa e inciden en que la venta de droga, que focalizan en una casa, ha venido acompañada de prostitución y robos. Las reuniones que han mantenido con la Policía Local para abordar estos problemas no han servido para revertir la situación.

El presidente vecinal se queja de que el barrio «ha sido abandonado por los políticos». Prueba de ello, añade, es que la única actuación que se ha realizado en los últimos años es la colocación de unos postes de madera indicando un itinerario para bicicletas. Las peticiones que han formulado para mejorar la zona no han sido atendidas.

El grupo Santa Teresa tiene un problema de conexión con el centro de la ciudad. Los habitantes llevan tiempo reclamando una salida peatonal para conectar con Castelló y Almassora. El paso que había a través del barranco se cortó por discrepancias con el sindicatos de riegos. La única forma de llegar a pie hasta Castelló es utilizando el carril bici de la CV-18, de ahí la petición de un itinerario en condiciones. El transporte público, en cambio, es motivo de satisfacción, ya que el autobús cubre sus necesidades.

Los vecinos echan en falta actuaciones de mejora del barrio. La plaza, punto de encuentro, es un solar de hormigón que tiene como único elemento un techado metálico para protegerse del sol. De ahí que reclamen columpios y juegos para los niños y zona ajardinada. «Lo único que pedimos es que hagan lo mismo que se está haciendo en otras plazas de Castelló porque esto está muy abandonado», insisten.

Otra vieja reivindicación es la de una zona de aparcamiento, aunque el ayuntamiento sigue sin atenderla. Junto al barranco, hay una explanada que el propietario está dispuesto a ceder, con lo que sólo que habría que acondicionar el solar para el estacionamiento de vehículos. Las calles del grupo son ya de por sí estrechas y, además, hay vecinos que aparcan los coches sobre las aceras, obstaculizando el acceso a las viviendas y dificultando el tránsito. De ahí la necesidad de la nueva área de aparcamiento para descongestionar las calles.

En Santa Teresa no hay ningún comercio. Los que abrieron, tuvieron que cerrar, ya que la clientela es muy limitada. Los vecinos hacen sus compras en el vecino grupo Perpetuo Socorro, donde también tienen el centro de salud, la farmacia o la iglesia. Los niños van a colegios de Castelló y Almassora.

Los orígenes

El barrio nació en 1964 con la construcción de las dos primeras casas, que fueron multiplicándose hasta la actual configuración. Se pobló de personas procedentes de municipios del interior de Castelló (como Benafigos y Atzeneta) y de otras provincias (como Albacete y Jaén), que llegaron en busca de trabajo. Al convivir en una zona aislada, forjaron una relación estrecha de vecindad, que todavía perdura.

El grupo Santa Teresa cuenta con una asociación vecinal activa y reivindicativa. En su local ofrece un amplio abanico de actividades, como gimnasia, manualidades, clases de cocina, música o viajes culturales.

Las fiestas patronales, en honor de Santa Teresa, se celebran el 15 de octubre y abarcan todo un fin de semana, en el que se realizan actos varios.