Dinámica de fluidos, corriente eléctrica, generación de corriente alterna o tipos de reacciones orgánicas. La mano nerviosa —más que inocente— de uno de los opositores fue la encargada de seleccionar las cuatro bolas que ayer iban a marcar el destino de cerca de 300 de los 15.306 aspirantes que estaban convocados para las oposiciones a docentes de 2016.

Con las opciones de temas a desarrollar, las caras de los opositores eran un poema. Algunos sonreían abiertamente. Otros, simplemente, empezaban a encajar que, el examen de ayer iba a ser uno más pero no el definitivo. La escena —vivida en el IES Benlliure de Valencia, en los tribunales para optar a una de las plazas de profesor de Secundaria de Física y Química— es a grandes rasgos, la misma que se vivió en el resto de 193 tribunales convocados en toda la Comunitat Valenciana.

La suerte marcó la elección de temas y la posibilidad para lucirse y conseguir una de las 1.185 plazas de docentes que se convocan en la oferta de empleo público de este año entre maestros de Primaria (482); profesores de ESO (400); profesores de FP (65), de EOI (50); de Música y Artes Estéticas (30) y de catedráticos de la misma área (38).

La sensación antes de conocer si la suerte les había sido o no esquiva era de que, al menos, era el segundo año consecutivo con convocatoria de oposiciones (y habrá un tercero ya que para 2017 ya está aprobada una nueva OPE en Educación) y con más plazas por cada una de las especialidades.

Mejores ratios

«No es el peor año en cuanto a ratio de opositores por plaza. Este año somos 323 en Valencia para unas 23 de profesor de Física y el año pasado éramos los mismos para solo 10», asegura Iván Tarín, uno de los opositores que ayer se examinaron en Valencia en la que iba a ser su sexta tentativa. Como él, entre los aspirantes de Secundaria, muchos interinos con puntos en la bolsa esperando poder sumar una buena nota en el examen para conseguir la plaza definitiva. «Al tener trabajo esto no se vive igual, no hay tanta ansiedad pero aún tienes que dar gracias de que te vayan llamando para trabajar», añade.

María era también veterana : la de ayer era su quinta vez y había cambiado de estrategia: «Menos temas pero mejor preparados». De su promoción eran pocos los que habían tenido suerte.

Para Caterina, licenciada en Matemáticas y aspirante a profesora de ESO, la de ayer iba a ser, sin embargo, su segunda oposición. Su aspiración era «entrar al menos en bolsa y empezar a trabajar de lo mío» ya que, hasta ahora, se ha tenido que emplear en otros oficios. «Mientras no se convocaban oposiciones tenía que trabajar de algo», aseguraba, al tiempo que reconocía que estaba «más nerviosa» que en 2015 pese a haber optado por ir a un preparador para tener este año más posibilidades. Este año, por lo pronto, la oferta de vacantes en su especialidad había pasado de 17 a 40.

Desde la Conselleria de Educación destacaron ayer, precisamente, tanto el aumento de plazas ofertadas como la «ausencia de incidentes» en la convocatoria de los tribunales y del desarrollo de la prueba teórica, para la que se dieron dos horas. La Administración se enfrenta a la posibilidad de que la prueba sea recurrida por aplicar la sentencia del TSJ de 2015 que devuelve la ordenación de las listas a la normativa de 2010 que prima los años trabajados en la bolsa frente a la nota obtenida en la oposición.