Las concejalías de Servicios Públicos y Agricultura, Medio Ambiente y Cambio Climático han puesto en marcha un nuevo plan piloto de control biológico de plagas que a lo largo de un año actuará sobre 300 árboles.

Los ediles de ambas áreas, Francisco Valverde y Josep Pasqual Sancho, detallaron que la intervención se centrará en 91 tilos de la avenida José Ramón Batalla afectados por pulgón; 80 jacarandas de la avenida Alemania con la misma problemática, y sobre 127 naranjos de la calle Calvario, frente al ataque de la araña roja. «Se trata de una apuesta firme y decidida por la protección del medio ambiente, prescindiendo de elementos químicos y fitosanitarios en el área urbana», indicó Valverde, quien aseguró que, de este modo «evitamos sulfatar de madrugada con camiones que vierten productos químicos con una cierta persistencia en el ambiente, de manera que mejoramos también la salud de las personas». Asimismo, otra de las mejoras será «evitar que los insectos adquieran capacidad de resistencia a dichos productos».

Caja de insectos en cada árbol

Para combatir las plagas de manera natural y respetuosa con el medio ambiente, se instalará en cada árbol una caja con insectos que se encargarán de contrarrestar los efectos de los ataques de las especies invasoras. De este modo, tanto en la avenida de José Ramón Batalla, como en la de Alemania, se soltarán las conocidas popularmente como mariquitas de dos puntos, que son depredadoras de gran número de especies de pulgones que afectan tanto a cultivos hortofrutícolas como ornamentales. Por otro lado, y ante el ataque de la araña roja a los naranjos de la calle Calvario, se integrará un ácaro que se encargará de controlar la población del insecto perjudicial sobre el árbol. No obstante, como indicó Valverde, «no se acabará al 100% con el enemigo existente, sino que se intentará llegar a un equilibrio, puesto que siempre se debe respetar la naturaleza y la presencia de todo tipo de insectos que son naturales en cada especie».

El edil Josep Pasqual Sancho, destacó que «el control biológico de plagas se presenta como una alternativa eficaz, esperanzadora y libre de riesgo frente a los numerosos y eficientes problemas derivados del uso de los productos químicos biocidas» y señaló que «la ciudadanía está cada vez más concienciada por el respeto al medio ambiente y nosotros, como responsables públicos, debemos garantizar también el cumplimiento de nuevas normativas que vienen de la Unión Europea.