Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

El peor museo del mundo

El «hallazgo del siglo» sobre el origen de la ciudad de Castelló agoniza en las entrañas de la plaza de las Aulas

la visita es corta pero SIRVE para hacerse una idea del origen de la ciudad. El centro del espacio museístico es la base de la torre, de unos 24 metros de diámetro, que se puede rodear por completo. Junto a ella aparecen varios paneles explicando las obras que se realizaron y la historia de los restos localizados. También se distribuyen pequeñas vitrinas con cerámica y monedas antiguas. f ángel sánchez/acf

Viajamos al año 1994 y aterrizamos en la plaza de las Aulas, levantada al aire para construir un aparcamiento subterráneo. La aparición de restos arqueológicos en la zona, vinculados al pasado medieval de la ciudad de la Plana, generan una gran expectación. Estamos hablando de lo que en aquella época se llegó a definir como «el hallazgo del siglo» en Castelló. Hoy, 22 años después, seguro que las nuevas generaciones no saben que bajo el suelo de la calle San Luis, en las entrañas de la plaza sobre la que se eleva el Palacio Provincial, se encuentra enterrada parte de la historia de la capital de la Plana en el que quizás sea el peor museo del mundo.

La relevancia de estos restos, entre los que se hallaba la base de la denominada Torre dels Alçaments, quedó difuminada por las ganas que había por construir el ´parking´, de ahí que la decisión fuese tapar el hallazgo y construir un museo que recogiese los restos localizados. La apuesta fue dejar en la superficie un espacio acristalado diáfano para que los viandantes pudiesen contemplar desde la plaza la estructura de la vieja torre. Debieron, eso sí, equivocarse de cristal, porque el que se colocó impide cualquier vista al subterráneo, de ahí que solo sean los conductores que acceden al parking los que pueden contemplar cada día esta parte del origen de la ciudad.

Para poder visitar el museo hay que pedir cita al departamento de cultura del Ayuntamiento de Castelló al tener que acceder por la entrada, cerrada bajo llave, del aparcamiento subterráneo. No se preocupen, de todas formas, por si el día en el que quieren bajar al museo temen que pueda estar saturado. Los datos oficiales del ayuntamiento son 'espectaculares': durante el pasado año el espacio museístico recibió... 20 visitas.

Las excavaciones arqueológicas se ejecutaron desde el 7 de noviembre de 1994 hasta enero de 1995. La gran joya era la torre poligonal de 24 metros de diámetro y 4 de altura, del siglo XIV, a la que acompañaban pozos ciegos de los siglos XVI/XVII, un aljibe del XIX y un refugio antiaéreo de la Guerra Civil. En los trabajos se localizaron además restos constructivos, 8 monedas del siglo XVIII, cerámica de lo siglos XVII y XVIII y otros elementos menores.

La torre, unida a la muralla medieval, fue destruida a lo largo del siglo XVII, según recogen los expertos. Entre finales del XIX y principios del XX se construyó el aljibe y se «arrasaron las estructuras de las casas medievales» y en la Guerra Civil se diseñó el refugio aéreo, que también acabó con parte de la torre y de la cimentación de la muralla.

Toda esta información aparece recogida en los folletos distribuidos en el interior de un museo que casi nadie visita y que comparte espacio con un aparcamiento subterráneo. En la sala se puede rodear la base de la torre, adornada con paneles explicativos y unas pequeñas vitrinas con monedas y cerámica antiguas.

Choca sin duda el texto final de los trípticos. «Estos hallazgos, los más importantes efectuados hasta el momento, despertaron un importante interés social», lo que implicaba «avances importantes en el conocimiento de la historia de Castelló y el inicio de una verdadera arqueología urbana de la ciudad y de una más eficaz gestión de su patrimonio». Reflexiones que, sin duda, han quedado enterradas bajo el asfalto y el pavimento de la plaza de les Aulas.

Compartir el artículo

stats