«Sé que volveré al Castellón. Más temprano que tarde, pero volveré». Estas fueron unas de las últimas palabras de Kiko Ramírez, ya exentrenador del conjunto albinegro, en su despedida de la afición. Alguien llamó a un hotel de la capital de la Plana para que la rueda de prensa no se pudiera hacer en ninguno de los salones, por lo que la conferencia de prensa tuvo lugar en plena calle. Y quedó hasta mejor. El medio centenar de aficionados orelluts tuvieron a su admirado técnico a escasos centímetros y pudieron escuchar su despedida. Triste, pero cierta. Se va un entrenador que ha calado fuerte y por no tragar, o no querer pasar por el aro del presidente David Cruz y del secretario técnico Ramón Moya, se marcha. Se fue sin hacer mucho ruido. Se marchó en loor de multitud.

Reuniones y más reuniones para irse todo al traste

Las setenta y dos últimas horas fueron muy frenéticas, de idas y venidas. De reuniones. De encuentros. «Enfoqué el tema deportivo en hacer grande al Castellón, en preparar a un bloque para las metas que tenía fijadas», anunció Ramírez. El viernes su renovación parecía bien encaminada. El sábado saltó la noticia. «Sorpresa la mía cuando recibí el esbozo del contrato», señaló el extécnico. Renunció a renovar a pesar de «haber tenido la posibilidad de que me doblaran el sueldo. Gente anónima se ofreció para doblarme el sueldo, pero entiendo que ese no era el camino».

Cláusulas «abusivas» en el contrato que le enviaron

Recalcó Kiko Ramírez que el esbozo de contrato que el sábado por la mañana le remitió el Castellón «denotaba falta de confianza, de feeling. Un contrato que nunca había visto y con unas cláusulas abusivas». Y explicó que «si me despiden por una de esas cláusulas que repito que considero abusivas, mi familia se queda sin comer. No pude ni quise firmar ese contrato porque era mi sentencia de muerte». El Castellón tampoco le comunicó el viernes antes de romperse las negociaciones, qué presupuesto tendría para preparar un proyecto deportivo.

La cumbre del sábado fue la que hizo romperse la relación

Sorprendentemente el sábado hubo reunión del núcleo duro del Consejo de Administración del Castellón «y allí se decidió no renovar mi contrato, cuando yo había renunciado a él al ver esas cláusulas que habían redactado. Sé que en el Consejo hay mucha gente que me defendió y aún me defiende». Y así se apagó esa pequeña luz que quedó encendida el viernes con la posibilidad de renovar su contrato con unas mínimas garantías.

Se marcha decepcionado, pero con ganas de volver

Su forma de decir adiós al Castellón no ha sido la mejor. «Mi ilusión era seguir, por eso me marcho decepcionado, aunque con este apoyo que recibo de la gente me llena, me voy muy reforzado. No cierro las puertas y espero que esto sea un hasta luego, porque sé que volveré al Castellón. Lo tengo claro, y espero que sea más temprano que tarde, pero volveré».

Maravillado con esa afición que siempre estuvo de su lado

Estando en Tarragona y apunto de emprender un viaje para pasar unos días de vacaciones, quiso desplazarse hasta la capital de la Plana para despedirse de la afición albinegra «de lo bien que me ha tratado durante todo este tiempo. He visto al gigante despierto, y de hecho sigue despierto, por eso quiero transmitir un mensaje de agradecimiento. Me llena de orgullo y me llevo un grato recuerdo en una temporada que ha sido muy complicada en muchos aspectos. Sé que por esa afición, tarde o temprano este club tiene que estar ene el fútbol profesional»

Palabras de agradecimiento hacia sus futbolistas

Cómo no, el ya extécnico del Castellón quiso referirse a los futbolistas que durante estos ocho meses han estado a sus órdenes. Un plantel que combinó la juventud con la veteranía, pero que ninguno de ellos ni el entrenador se pudo salvar de los problemas económicos del club. «He tenido a gladiadores, a gente muy involucrada a pesar de los grandes problemas económicos, Este equipo ha estado muchos meses sin cobrar, y lo sigue estando, junto al cuerpo técnico. Pese a ello ha resistido. Jugadores que en estas dificultades se ha ayudado los unos con los otros. Costará mucho encontrar un grupo como el de esta temporada».

Destaca el trabajo de Jordi Bruixola desde su llegada al club

El director general Jordi Bruixola estuvo 75 días en el cargo, tiempo suficiente para poner cordura en muchos ámbitos del club. «Me ha apoyado en el proyecto que yo tenía en mente, y en el que íbamos a iniciar juntos. Como persona ha sabido unir a la afición y al equipo. Trató muy bien a los abonados. Fue una sorpresa muy grata haber conocido a una persona así en el fútbol».